Narraciones del día a día en el Banco de Alimentos y Atención Familiar Tardor…

Vino Marga, desesperada por no saber cómo afrontar su situación, una mujer de 38 años, con hijos de 2, 5 y 8 años. Su madre, que la ayudaba en el cuidado de sus hijos, murió hace unas semanas de cáncer, su ex-pareja, insolvente, con una orden de alejamiento y últimamente alcoholizado, es otra de las personas que vienen a buscar la comida en las colas del hambre… antes, su madre la ayudaba a pagar el alquiler de 700 euros y entre lo que ella conseguía como limpiadora iban parcheando sus carencias… si algún día consigue cobrar el ingreso mínimo vital le darán 877 euros… Hoy por hoy, sólo ha obtenido silencio administrativo, tener que lidiar con la gran pérdida de su madre y verse en la tesitura de pedirnos ayuda.

También pude escuchar a Jamila, de 44 años, cuida sola de sus hijos de 10 y 12 años, lo conseguía sostener con trabajos de cuidados a personas mayores y limpieza que se han reducido a la mínima expresión por esta crisis sanitaria e ingresos muy bajos, por lo que los impagos de facturas y los retrasos por el alquiler han sido constantes, hasta que, en la actualidad, está aterrorizada porque lo debe todo, alquiler, luz, agua…

La pobreza infantil tiene graves consecuencias en el desarrollo físico, psicológico y educativo.

Las condiciones vitales y las privaciones que tengan, sobre todo entre los 0 y 5 años, pueden marcar sus enfermedades de adulto, su capacitación para poder o no estudiar, su personalidad o sus relaciones sociales.

Uno de cada tres niños en España (cerca de tres millones) viven en la pobreza o en riesgo de exclusión, nuestro país es el segundo de la UE con mayor índice de pobreza infantil, superado solo por Rumanía.

Hemos detectado un déficit específico de atención en productos esenciales en complementos de saneamiento y alimentación para bebés y niños de 0, 1, 2 y 3 años.

24% de las familias están en riesgo de tener que elegir entre ser echadas de sus casas por no poder afrontar los alquileres o comer.

43% de las familias monoparentales en situación o riesgo inminente de exclusión social.

El IMV que ofrece el Estado, si es que tienen la suerte de conseguirlo (48% se estima que no lo conseguirá), para paliar los efectos de esta trágica situación no basta ni para pagar ni el alquiler en Baleares.

Juntos lo lograremos, nosotros hemos dado el primer paso, creado instalaciones, conseguido la red de voluntarios y afrontar todos los problemas diarios durante 365 días al año.

Podéis ayudarnos donando un euro al mes con teaming