Lo sé, es peligroso pensar en voz alta… España, tenemos un problema

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Escribo este texto porque, se lo aseguro, querido lector, que no hay nadie que esté a salvo de acabar ocupando una vivienda para ubicar y proteger a su familia tras un descalabro económico.

Pero yendo al tema directamente…

Sólo en 2021 se han ocupado casi 10.000 viviendas, en su mayoría, de entidades financieras y se sabe que unas 120.000 propiedades están habitadas por personas con escasos recursos, pobreza severa, situación irregular o alegal.

La mayor parte de estas viviendas son de entidades bancarias, sociedades públicas y sociedades mercantiles. Las viviendas ocupadas de particulares son aproximadamente un 20 %.

En la mayoría de los casos, han afectado al vecindario, sea por no participar en el mantenimiento económico de la finca o por el tipo de actividades y mal uso de la vivienda que afecta a la buena convivencia.

Pero lo más sangrante, es que hay unas 24.000 viviendas ocupadas, propiedad de un 80% de personas humildes, trabajadoras de clase media, en su mayoría, a las que se le ha obligado a pagar todos los gastos de una casa ocupada y en todos los casos robado su contenido y deteriorado el inmueble.

Además, han tardado una media de año y medio en conseguir recuperar sus inmuebles. Incluso, en muchos casos, eran de ancianas convalecientes un tiempo en los hospitales, trabajadores que se habían ido de vacaciones o visitar algún familiar unos días.

Sé que a muchos de los ocupadores, salvo los traficantes, delincuentes comunes y mafias que se dedican a ello, se les cae la cara de vergüenza por todo ello, pero tienen que priorizar sacar adelante a sus hijos sea como sea. Lo sé, porque según los informes del Poder Judicial, las familias vulnerables suponen el 90% de las ocupaciones. Muchos desahucios, cada vez más, vienen no de la compra, sino de los alquileres, que ya rondan el 70%.

En España se producen 180 desahucios de media al día y se ocupan unas 50 viviendas en ese mismo periodo de tiempo. Es decir, que 130 consigue reubicarse en casas de familiares, amigos, incluso chabolismo o albergues sociales (todos desbordados) por lo que hay, aproximadamente, 50 familias al día que se ven obligadas a dar una patada a la puerta de un local o vivienda para tener un techo bajo el que vivir.

Pero analicen los datos: 180 desahucios al día son 65.700 desahucios al año, son entre 197.100 y 262.800 personas partiendo de que multipliquemos por 3 o 4 los miembros de las familias.

Solo quiero pedirles una cosa a los futuros ocupas, ya que sabemos que el problema seguirá incrementándose y no hay interés político en frenarlo; la policía y jueces están maniatados por unas leyes que asombran a las principales democracias europeas por lo inútiles que son en muchos casos, por tanto, les impetro que afinen el perfil de ocupación y empiecen por las casas y propiedades de los altos cargos políticos y millonarios.

Miren, sólo el 19% de los diputados del Congreso tienen entre 3 o más viviendas, como se pueden imaginar, son los primeros interesados en que sus viviendas se sobrevaloren en base a la especulación inmobiliaria.

Así, si los incordian un poquito, queridos ocupantes, por lo menos, también ustedes presionarán socialmente para que se creen viviendas sociales suficientes para paliar el problema, porque mientras ellos estén «cómodos», simplemente no lo harán.

Les aseguro que la mayoría de ellos tienen varias o múltiples viviendas, como Pablo Iglesias y su ex doña Montero, no les cuento si les hablo de Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio. Si precisan ayuda para poder identificarlas, les informo que en las redes e internet hay información más que suficiente para atinar bien a quién ocupar una de sus casas, pues son tan egocéntricos que no pueden evitar mostrarlas en sus perfiles.

Eso sí, estos privilegiados cuentan con vigilantes privados y sistemas de alarma por lo que es muy probable que no lo consigan nunca, pero por lo menos, será un consuelo, un regalo a los más humildes pagadores de impuestos que podrán sonreír al leer en las noticias que los ocupas son un nuevo grano en su culo de los más poderosos y que gracias a ello, han empezado a priorizar garantizar un sitio digno donde vivir a los más vulnerables con sus influencias políticas y económicas.

Pero, no cometan ningún delito grave, a lo mejor basta que acampen delante de las puertas de acceso a sus casoplones para lograrlo.

De hecho, tienen mucho de que elegir, los contribuyentes que declaran patrimonios superiores a los 30 millones de euros se han multiplicado por más de dos en la última década de acuerdo con los últimos datos de la Agencia Tributaria. Y sus movimientos de inversión preferidos son los inmuebles.

Es tan evidente, que a pesar de la crisis económica y de la pandemia, el número de «ricos» en España se ha multiplicado por 2,6. Los ciudadanos que declaran grandes patrimonios han pasado a ser más del doble en los últimos 10 años.

Quiero que entiendan que no tengo nada contra que los que se hacen ricos o sean tan exitosos en sus vidas que puedan permitirse lujos, como nuestro laureado Nadal… Salvo por una cosa: Su falta de interés en presionar a los políticos para que realicen políticas eficientes, eficaces y en tiempo real para paliar la falta de vivienda digna y accesible al poder adquisitivo del más humilde ciudadano, simplemente, porque han aprovechado la voracidad de poderes perniciosos económicos y sin miramiento alguno sumarse a la coyuntura inmobiliaria para convertir la vivienda en un modelo de especulación para que se hagan más y más ricos a costa del empobrecimiento de las clases trabajadoras más humildes.

Esperando, estimados ocupadores, tengan ustedes mucho éxito en el intento de incordiar, pues la ocupación será imposible, de las propiedades de entidades y personas a las que les sobran los recursos económicos y residenciales, dando un respiro a los más humildes propietarios de una vivienda adquirida con el sudor y sufrimiento, reciban un cordial saludo.

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