La era de los sustitutos: Reconociendo lo irremplazable

En nuestra era, hemos convertido a las personas en meros objetos reemplazables, ya sea en el ámbito laboral, sentimental o de amistad. Las promesas románticas cumplidas hasta el final y la lealtad verdadera a una causa se han vuelto escasas, así como la sinceridad.

Se dice que rectificar es de sabios, pero en lugar de corregir, simplemente optamos por sustituir objetos, fuentes de placeres efímeros, lugares o incluso personas, evitando así enfrentar la verdad.

Priorizamos la apariencia social por encima de la verdadera moral y ética.

Aunque hay 63 conflictos armados en el mundo, la mayoría apenas puede mencionar uno o dos pues está más interesada en eventos deportivos como el fútbol, el tenis o los rallyes.

Es irónico que nadie esté dispuesto a cambiar sus hábitos a pesar del colapso ecológico al que nos dirigimos, cuando en realidad no hay un reemplazo para nuestro mundo, como lo demuestran las miles de especies extintas en las últimas décadas

Algunos antropólogos y geofísicos nos advierten que lo más probable es que la Tierra misma nos reemplace, simplemente porque no hemos entendido que lo que es irremplazable.

Usted, querido lector, también lo es, irremplazable: una única y original versión de un universo observándose a sí mismo.

Siendo consciente de esto, elija hacer el bien a los demás y a la propia naturaleza. Luche activamente en su día a día por hacer lo correcto en su entorno inmediato, de hecho, si todos lo hiciéramos, el mundo sería un vergel feliz.

Puede parecer un camino solitario, pero cuando comience, descubrirá que somos cada vez más.