¿Oís eso? Para los que no estamos acostumbrados, se llama silencio. Ese estado que nos encontramos los padres en el primer día de clase. Esa ausencia de sonido que deseamos muchas veces y no podemos encontrar, porque tenemos pequeños seres correteando y chillando por casa. Ese estado, en el que te encuentras al llegar a casa, dónde diez minutos después te sientes en la necesidad de hacer algún ruido para romperlo, ya sea hablando sola, poniendo la tele de fondo o escuchando música.

Después de tres meses de vacaciones escolares, luego de pasear a los niños para arriba y abajo. Dejándolos en los primeros familiares disponibles, porque los padres seguimos trabajando. Me encuentro en mi primer día de vacaciones, sin niños en mi casa ni tampoco en la finca. La pregunta más recurrente que me estoy haciendo a mí misma es ¿Qué hago ahora?.

Las tareas de casa ya están hechas, la comida cocinándose, mis perras están tranquilas durmiendo en medio del salón sin tener que esconderse para hacerlo, no tengo que mediar entre peleas de hermanos, no tengo que preocuparme de que me mi hija pequeña me pinte las paredes o meta la mano en el inodoro, ni tampoco pelearme con mi hijo para que arregle su habitación. Por fin tengo tiempo para mí y no sé ​cómo usarlo.

Me decido a coger un libro para leer, dos páginas y lo dejo. Me animo a ponerme una serie, diez minutos después me encuentro preparando la ropa de los niños, para el segundo día de clase.

Ahora me doy cuenta de que tengo un problema: he olvidado como ser una persona individual, además de ser mamá.

Deja un comentario

Abrir chat
1
¿Cual es tu información o denuncia?
GRUPO PERIÓDICO DE BALEARES, tan pronto nos resulte posible, será atendido, gracias.