ACNUR advierte del aumento de las necesidades en Ucrania y en los países vecinos y pide el cese de las hostilidades

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Con más de 3,1 millones de personas refugiadas que se han visto obligadas a huir de Ucrania en las últimas tres semanas, y millones de desplazados internos dentro del país, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte de que las necesidades humanitarias están aumentando exponencialmente.

Además de quienes han tenido que huir, unos 13 millones de personas se han visto afectadas en las zonas más golpeadas por la guerra dentro de Ucrania y necesitan ayuda humanitaria y protección

Muchas personas permanecen atrapadas en zonas donde conflicto sigue escalando, donde los servicios esenciales se han visto interrumpidos y no pueden satisfacer sus necesidades básicas, como alimentos, agua y medicamentos.

Los informes humanitarios recibidos desde esas zonas son espeluznantes y desde ACNUR seguimos haciendo una firme llamada a la protección de la población civil y de las infraestructuras civiles, al respeto del derecho internacional humanitario. También pedimos a los países vecinos que sigan manteniendo sus fronteras abiertas a quienes huyen en busca de seguridad.

Tal y como ACNUR ha venido advirtiendo desde el principio, el ritmo y la magnitud del desplazamiento interno y del éxodo de refugiados de Ucrania, así como de las necesidades humanitarias resultantes, no harán más que aumentar si la situación sigue deteriorándose.

En Ucrania:
La situación humanitaria en ciudades como Mariupol y Sumy es extremadamente grave, y los residentes se enfrentan a una escasez crítica y potencialmente mortal de alimentos, agua y medicamentos. ACNUR está siguiendo de cerca las negociaciones para el establecimiento de un paso seguro y ya tiene preposicionados materiales humanitarios. ACNUR está preparado para enviar suministros de emergencia a Sumy tan pronto como las condiciones lo permitan.

En Odesa, las autoridades han solicitado apoyo para la asistencia alimentaria general para cubrir las necesidades de unas 450.000 personas en la ciudad, así como medicamentos. Desde el 17 de marzo, en la estación de ferrocarril de Odesa funciona un punto de consulta permanente para asuntos de protección, jurídicos y sociales, por el que transitan diariamente entre 600 y 800 personas en su camino desde Mykolaiv a las provincias occidentales de Ucrania.

Las necesidades humanitarias en el este de Ucrania son cada vez más urgentes. Más de 200.000 personas no tienen acceso al agua en varias localidades de la provincia de Donetsk, mientras que los constantes bombardeos en la región de Lugansk han destruido el 80% de algunas localidades, dejando a 97.800 familias sin electricidad.

Los ataques selectivos contra la población civil y las infraestructuras civiles, así como la falta de un paso seguro, están aumentando los riesgos de protección y suponen una grave amenaza para la vida de miles de civiles. Los grupos de población más vulnerables -como las mujeres y los niños, las personas con discapacidad o con enfermedades graves, así como las personas mayores y los grupos minoritarios- se enfrentan cada vez más a obstáculos para acceder a servicios críticos como transporte, alimentos, agua, medicamentos y atención sanitaria de urgencia en las zonas afectadas.

Como parte de la respuesta humanitaria en Ucrania, y en estrecha coordinación con las autoridades locales y otros organismos humanitarios, ACNUR sigue apoyando el establecimiento de centros de acogida, entregando materiales de primera necesidad y refugios de emergencia y reforzando nuestro apoyo en los puestos fronterizos dentro de Ucrania. Los servicios de protección también siguen siendo de vital importancia, y ACNUR sigue facilitando el acceso a la asistencia jurídica, el apoyo psicosocial y otros tipos de asistencia a las personas más vulnerables.

Asimismo, ACNUR está poniendo en marcha un programa a gran escala de asistencia económica en efectivo para ayudar a los desplazados internos, personas que han huido de sus hogares dejando atrás sus pertenencias. Este programa ayudará a cubrir sus necesidades básicas, como el alquiler, alimentos y artículos de higiene. La ayuda en efectivo permite a las personas beneficiarias tomar sus propias decisiones y priorizar sus necesidades, al tiempo que ayuda a impulsar los negocios locales. ACNUR comenzó a inscribir a los desplazados internos en su programa en Leópolis el 17 de marzo y irá ampliándolo progresivamente a otras ciudades y regiones.

Fuera de Ucrania:
Con el objetivo de evaluar los riesgos de protección y ayudar a las autoridades a abordarlos, el personal de ACNUR sobre el terreno lleva a cabo una supervisión periódica de la situación de protección tanto en los principales pasos fronterizos y centros de tránsito, como en centros de acogida y otros lugares por donde transitan o se congregan las personas refugiadas.

Dado que las mujeres y los niños constituyen alrededor del 90% de las personas que han huido de Ucrania hacia los países vecinos, ACNUR y otros organismos han advertido del aumento de los riesgos de tráfico y explotación. Dados los elevados riesgos de protección, ACNUR y sus socios están difundiendo información clave y mensajes de sensibilización para alertar a las personas refugiadas sobre los riesgos de tráfico, explotación y abusos.

ACNUR ha desplegado coordinadores de Protección contra la Explotación y el Abuso Sexual (PSEA) y expertos en género y protección infantil en Polonia, Moldavia, Hungría y Rumania, y hemos creado estructuras de coordinación de la protección con otros socios y autoridades nacionales a fin de garantizar un enfoque eficiente y coherente.

En respuesta a la emergencia de Ucrania, ACNUR y UNICEF han acordado desplegar conjuntamente «Puntos Azules» en 6 países (República Checa, Hungría, República de Moldavia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia). No obstante, a medida que evolucione la situación, y en función de las necesidades sobre el terreno, se podrían sumar otros países.
Los ‘Puntos Azules’ son ventanillas únicas y espacios seguros que ofrecen un conjunto mínimo de servicios de protección para los niños y niñas, las familias y otras personas con necesidades específicas, como apoyo a los servicios existentes y los esfuerzos gubernamentales.

Su objetivo es mejorar la accesibilidad y la estandarización de los servicios prestados por diferentes socios, así como la previsibilidad de dichos servicios a través de una etiqueta reconocible: el «Punto Azul». Se han convertido en un componente reconocible de la asistencia de emergencia y en un buen ejemplo de inclusión en la colaboración, donde todos los proveedores de servicios son bienvenidos a operar, siempre que los servicios sean prestados siguiendo las normas de protección pertinentes.

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