“Lo que hace el poeta importa poco, lo que hace la sociedad con un poema puede cambiar la sociedad entera» Entrevista al poeta Ben Clark

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Esta semana entrevistamos al poeta y traductor Ben Clark que ha presentado su último libro (Demonios, Editorial Sloper) en Úbeda (Jaén) el pasado 25 de Marzo. Cuando entrevistamos a su editor Román Piña Vals, afirmó sobre este libro:

Una prueba incontestables de que la buena poesía no es cursi, ni obvia, ni chapucera, y consigue dar palabras a vivencias compartibles, combinar humor y descubrimiento, y respirar en un aire que tiene un pasado.

Queremos que en nuestra provincia, en el Sur se conozca más en profundidad el trabajo de este gran autor que ya es un referente en la poesía española actual.

Ben Clark (Ibiza, 1984) es poeta y traductor. Ha publicado, entre otros, los poemarios Los hijos de los hijos de la ira (XXI Premio de Poesía Hiperión. Hiperión, 2006. Delirio, 2017), Cabotaje (Delirio, 2008), Basura (Delirio, 2011), La Fiera (Sloper, 2014), por el que obtuvo el Premio El Ojo Crítico de RNE de Poesía 2014, Los últimos perros de Shackleton (Sloper, 2016), La policía celeste (Visor, 2018), por el que obtuvo el XXX Premio Loewe de Poesía y Armisticio (2008-2018) (Sloper, 2019).

Como traductor de poesía ha publicado los Poemas de amor de Anne Sexton (2009), la Poesía completa de Edward Thomas (2012) y, junto a Borja Aguiló, la antología Tengo una cita con la Muerte (Poetas muertos en la Gran Guerra) (2011), todas ellas en Ediciones Linteo. Reside en Mérida, desde donde dirige el sello editorial Isla Elefante, especializado en poesía contemporánea. Y como decimos acaba de publicar Demonios (2023) con la editorial Sloper.

GPB: Buenos días Ben, ¿Cómo te acercaste a la poesía?

Buenos días. Mi primer contacto con la poesía, o con algo parecido a la poesía, fue muy intuitivo. Fueron canciones infantiles que iba inventando y que tuve que anotar para poder recordarlos. Así que le debo a mi mala memoria mis primeros intentos poéticos. El primer poema, o lo que considero mi primer poema, lo escribí a los diez años. Todavía lo conservo, es un poema sobre el agua, quizá sea mi mejor poema.

GPB: ¿ Es necesario ser lector de poesía para sacar al autor que (quizás ) llevamos dentro?

Es fundamental conocer bien el mundo del poema para poder construir buenos poemas. Con todo, es verdad que hay una intuición juvenil que puede convocar imágenes y fórmulas nuevas, mezclando la ignorancia con la osadía, y eso es sin duda un valor. Por eso la poesía joven es tan interesante, porque puede deslumbrar con hallazgos insospechados, aunque los poemas buenos casi siempre provienen de la experiencia del artesano.

GPB: La traducción forma parte también de tu labor literaria ¿Cómo se ve esa perspectiva, siendo a la vez autor?

La traducción es la mejor escuela. Cuando un autor traduce se disfraza de otro autor, se mete en el taller de otro poeta y puede ver la maquinaria desde dentro. Es fascinante comprobar que los poetas nos parecemos todos mucho, aunque nos separen los siglos, las culturas, los idiomas e incluso el sexo. Al traducir experimentamos, de algún modo, el mismo proceso creativo que tuvo otra persona, y eso es fascinante.

GPB: ¿Traducir autores clásicos o contemporáneos?

Hay que traducir a todo el mundo. Y hay que volver a traducir a los que han sido traducidos muchas veces. Toda versión puede encontrar pepitas de oro, todo intento es un triunfo sobre el fracaso inevitable que implica cualquier intento de traducción. Necesitamos urgentemente más versiones de los sonetos de Shakespeare, pero también una buena traducción del último libro de Sarah Howe.

GPB: ¿Cómo ves el mundo de la traducción en general? ¿ se pierde algo del poema original?

Se pierde todo el poema original, y ahí está la gracia. Partamos de que el poema original no existe ya, y debemos intentar relatar cómo era. Los traductores venimos de un país lejano y misterioso y le relatamos a los lugareños las maravillas que hemos contemplado, nada más.

GPB: ¿La sensibilidad es un drama?

Es muy dramático ser sensible, pero resultaría mucho más dramático no serlo.

GPB: ¿A la hora de enfrentarte al poema, que prima más: la estética, la experiencia, la emoción…?

En mi opinión un poema es una cápsula que contiene pensamiento y emoción. Esta cápsula atrapa esa combinación en un momento determinado, de manera que accedemos directamente al pensamiento y a la emoción de esa persona en ese momento. Por eso considero que no se deben reescribir o modificar en exceso los poemas del pasado, porque nos permiten viajar a ese instante. Si no hay emoción y no hay pensamiento, en mi opinión no hay poema.

GPB: Acabas de publicar Demonios con la editorial Sloper, ¿Qué vamos a ver a través de este libro?

Bueno, para saberlo uno tiene que leerlo.

GB: El dolor, es escurridizo ¿estamos preparados para afrontarlo?

Creo que sólo podemos comprender realmente el dolor a través del arte. Nos estamos acostumbrando a que sea a través de las películas y series –hemos llegado a un punto en que estamos interpretando lo que pasa en el mundo contemporáneo a través de las series, casi en tiempo real–. En ese sentido, el dolor no es escurridizo, porque lo tenemos delante, los escurridizos somos nosotros, que buscamos maneras de disfrazar el dolor de entretenimiento.

«Y ahora estoy aquí,

delante del papel, extenuado

por tanta poesía y sin haber

escrito todavía un solo verso.

(Demonios, 2023 –Ed. Sloper)«

¿La poesía es una catarsis para el poeta?

Y para la sociedad. Más para la sociedad que para el poeta, incluso. Lo que hace el poeta importa poco, lo que hace la sociedad con un poema puede cambiar la sociedad entera.

GPB: ¿La poesía conmueve?

Obviamente.

GPB: Has vuelto a presentar en Úbeda (Jaén) , ¿Te gusta el Sur? Eres un poeta que nació en las Islas como se ve el panorama literario actual dentro y fuera de Ibiza?

Me gusta Úbeda y me gusta mucho leer en el Sur. Algunas de las mejores voces poéticas han nacido al sur de España y hay algo en el aire que, indudablemente, alienta a escribir. Creo que hay un panorama poético muy rico ahora mismo en España, en todos los idiomas del Estado, y una industria editorial fuerte y con mucha diversidad. Vengo de una isla muy pequeña que ha dado, sin embargo, nombres fundamentales para la poesía del siglo XX y del siglo XXI como son Marià Villangómez y Vicente Valero, en catalán y en castellano, respectivamente. Sólo con esos dos nombres, Ibiza ya estaría situada en el mapa poético, pero es que además están Manel Marí, recientemente fallecido, Eva Tur, Julio Herranz y las dos décadas que pasó Antonio Colinas escribiendo en Ibiza. Yo no soy más que un apéndice de todos ellos.

GPB: Muchas gracias por tu tiempo y haberte asomado a este periódico.

Gracias a vosotros por ofrecerle a la poesía un espacio.

Para aquellos interesados en adquirir el libro os dejamos el enlace de la web de la editorial:

https://www.editorialsloper.es/Demonios-y-Armisticio/

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