Ayer 18 de Junio de 2010 murió Jose Saramago.

Hasta hace poquito había leído de sus obras «Ensayo Sobre la Ceguera»; «Ensayo sobre la Lucidez» o «La Caverna». También tengo el libro de Mercedes Pablos «José Saramago-La Altura del Hombre». Ahora me he nutrido de su poesía completa.

Arte poética

¿Viene de qué el poema? De cuanto sirve

Para trazar a escuadra la sementera:

Flor o hierba, floresta y fruto.

Pero avanzar un pie no es hacer jornada,

Ni cuadro será el color que no se inscribe

Con acierto riguroso y armonía.

Amor, si lo hay, con poco se conforma

Si, por ocio de alma acompañada,

Del cuerpo le basta la presciencia.

No se olvida el poema, no se aplaza,

Si el cuerpo de la palabra es moldeado

Con firmeza, ritmo y conciencia.

En 2022 se cumplió un siglo de su nacimiento

Como lectora descubro a un hombre con una narrativa sencilla y profunda. Capaz de doblegar nuestra conciencia para entender el mundo que nos rodea. Veo un hombre discreto, honesto y justo. Un intenso deseo de respetar al lector y un escrupuloso mimo hacia las palabras.

José Saramago, trabajó como administrativo y empleado de seguridad, fue militante del Partido Comunista Portugués hasta el fin de su vida y un excelente periodista. Fue poeta antes que novelista y sufrió en sus propias carnes los rigores de la pobreza. No es fácil encontrar una causa justa por la que luchar, en la que no estuviera presente José Saramago.

Necesitamos muchos «Saramagos», que nos muestren la verdad subyacente, la humildad, la bondad y la ética del ser humano. En un mundo cada vez más ciego, y sordo ante sus problemas.

Es posible, quiero creer que es así, que el bien común es una línea que podemos marcar. Es más debemos marcarla. Debemos posicionarnos en el lado correcto, en el lado de los necesitados, de los humildes. Leí precisamente en un artículo: la honradez intelectual, política y económica es un valor que todos aprendimos, pero que, en la actualidad, debe sacrificarse en aras de la comodidad, la supervivencia y el hedonismo.

En su visita a Ecuador, dijo que “la tierra pertenece a los pueblos que la habitan, no a aquellos que, con el pretexto de una representación democrática descaradamente pervertida, al final les explotan, manipulan y engañan”.

Los libros, sus libros nos dan libertad, nos enseñan a creer en nuestras convicciones, y nos muestran el camino para construir un mundo mejor.

Por ello, volver a recordar a este hombre, a este Nobel, se hace imprescindible.

Os dejo, unos apuntes sobre su biografía:

Poeta y escritor portugués, fue una de las voces más importantes de la literatura portuguesa de todos los tiempos. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1998, Saramago fue conocido internacionalmente tanto por su obra literaria como por su posicionamiento político.

Nacido en una familia humilde, Saramago se crió en Azinhaga y en Lisboa, donde comenzó a estudiar a los 12 años, aunque no logró completar su formación debido a problemas económicos. A partir de ese momento combinó su trabajo en un taller con el estudio autodidacta, algo que le sirvió años más tarde para entrar como oficinista en la administración de la Seguridad Social.

Asentado en su nuevo trabajo y recién casado, Saramago publicó Tiempo de pecado (1947), que pasó sin pena ni gloria por el panorama portugués. Desde entonces se produce un largo parón en la carrera literaria de Saramago, que no retomaría hasta casi veinte años más tarde.

Mientras tanto, Saramago colaboró con periódicos y revistas y pasó a trabajar para una editorial como traductor. Eran los años de la dictadura salazarista y debido a sus ideas de izquierda tuvo muchos problemas con la censura a la hora de publicar.

Afiliado desde 1969 al Partido Comunista de Portugal, Saramago abandonó su trabajo editorial para dedicarse por completo a su carrera literaria. Tras publicar ‘Probablemente alegría’ llegaría a Portugal el movimiento de la Revolución de los Claveles, en el que se implicó completamente.

Es a partir de la llegada de la democracia a Portugal que Saramago comienza su etapa más conocida y activa. Su Memorial del convento es adaptado a la ópera en 1982 y apenas dos años más tarde vería publicada una de sus obras más conocidas, El año de la muerte de Ricardo Reis. En 1986 ‘La balsa de piedra’, una fábula en la que trató uno de sus temas políticos favoritos, la unidad de la Península Ibérica, tuvo una gran repercusión en España.

Sin embargo, el éxito con mayúsculas y una gran presencia mediática le llegaron con ‘El evangelio según Jesucristo’, obra que levantó un gran malestar no sólo entre la jerarquía católica sino también en el gobierno de su país. El escándalo fue uno de los motivos que llevaron a Saramago a instalarse en la isla de Lanzarote con su segunda mujer en 1991.

Sus últimas obras a partir de entonces llegaron poco a poco al mercado internacional, siendo ‘Ensayo sobre la ceguera’ (1995) uno de sus libros más celebrados y que recibió una excelente adaptación cinematográfica en 2008.

Tras recibir el Nobel de Literatura su proyección se hizo mundial y su figura alcanzó nuevos niveles de polémica al manifestar, sin ningún tipo de tapujo, sus ideas en contra de la política neoconservadora, la actitud de la Iglesia Católica y a favor de los pueblos más desfavorecidos.

Sus últimas obras fueron grandes éxitos, como ‘El viaje del Elefante’ (2008) y Caín (2009), con la que volvió a levantar voces airadas en el Vaticano. También hay que destacar sus publicaciones en su blog, o cuaderno personal, que también fueron recogidas en forma de libro.

José Saramago murió en la isla de Lanzarote el 18 de junio de 2010 y tras su muerte se han publicado varios libros que permanecían inéditos, como ‘Claraboya’, ‘El silencio del agua’ o ‘Alabardas’.

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