Por lo que se ha podido deducir y por la antigüedad del documento, el escrito no hace referencia a la ignorancia lingüística del Parlamento Balear, que bien pudiera ser, o no… se trata del título de una publicación semanal del año 1882, escrita en un idioma extraño y que al parecer nunca existió, una fantasía lingüística llamada idioma balear, o mallorquín, un lenguaje que lógicamente hoy está prohibido, propio de un pueblo pacifico que desde hace muchos siglos vive en las islas baleares, y que, si están vivos y no se han muerto, todavía existen; en el que se da cuenta de la escasez de agua, y de las medidas a tomar por el Ayuntamiento de Palma…

Según cuentan los viejos de las islas, durante miles de años este idioma fantasma se ha ido creando a medida que llegaban gentes de otros pueblos, viajeros que venían por mar; iberos, griegos, hebreos, fenicios, púnicos, romanos, provenzales, vikingos, moros, franceses, ingleses, gente que vino y aquí vivió, todos dejaban sus palabras, recuerdos de su manera de comunicarse, hasta que poco a poco se fue creando un nuevo idioma… curiosamente cada uno lo llamaba según el nombre de la isla donde vivía, que si mallorquín, que si menorquín que si ibicenco…. Un pequeño lio, que al final solucionaron entre todos y lo llamaron “el idioma balear”. En su tiempo, incluso hoy, fue y es un lenguaje muy popular en las islas, pues tiene gramáticas, diccionarios, libros, periódicos, etc., etc., todo parecía ir bien, hasta que hubo una guerra y un señor bajito llamado Paco, dijo que no le gustaba, que las islas eran suyas, que él tenía otro idioma que le gustaba más, así que lo prohibió:

-Nada, nada, ¡aquí todo el mundo en castellano, que me entere yo!

Pasaron los años y el hombre bajito murió, pronto vinieron otros, que eran muchos y que tampoco les gustaba el idioma balear, así que les dijeron:

-Nada, nada, ¡nosotros tenemos otro idioma que es mejor que el vuestro, lo tenéis que aprender porque lo decimos nosotros! Ahora somos demócratas y tenéis que hacer lo que decimos, somos la voz del pueblo… y la gente les creyó.

Sin dudarlo, escondieron y prohibieron todo lo que hacía referencia al antiguo idioma, hasta que, con el tiempo, la gente lo fue olvidando y sustituyendo por el otro nuevo…

Pasaron los años, y a pesar de los esfuerzos de los mandamases, la gente no podía olvidar su antiguo idioma, el de sus antepasados; hasta que un buen día, llego uno que pasaba por allí y le preguntó al rey:

-¿Majestad, podemos recuperar nuestra antigua lengua balear?

El rey, le miro extrañado, y les hizo la misma pregunta a los sabios de su corte, que estuvieron reunidos dos años y tres días pensando y buscando; querían saber si aquel buen hombre había hecho una pregunta cierta o si por molestar al rey, le tenían que cortar la cabeza….

Un buen día, finalmente, llegaron los sabios al rey, y le dijeron:

-Es verdad, Majestad, existe un idioma llamado balear, ¡¡es un tesoro escondido que ni su majestad ni vuestro reino puede perder!!

Y así fue como el rey, sin dudarlo un instante, dio permiso a aquella buena gente, para utilizar su título real, tenían que recuperar su tesoro más preciado, el de la dignidad y la memoria de un pueblo llamado balear…

Y colorín colorado este cuento no se ha acabado…

Gabriel Carbonell Sastre

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