Explotación sexual en Palma: desmantelada red que forzaba a mujeres a trabajar 21 horas diarias

¿Y qué hay de los hdp que las violaban por unos euros a sus secuestradores? Esos, se van de rositas, y muchos son tu colega, tu primo, hermano… o cuñado.

Hay un sector de la población masculina que es, simplemente, escoria…

Hay varios tipos

El 20% de los hombres son clientes… uno de cada cinco españoles ha pagado alguna vez para tener sexo desde la prostitución.

«A pesar de saber que son mujeres víctimas de violencia física o verbal o de la penuria económica, el 15% de los varones españoles (unos 2,5 millones) no tuvo reparos en tirar el año pasado de cartera y pagar por mantener sexo» (Así son los clientes de la prostitución en España, IRENE HDEZ. VELASCO).

Quiero que entendáis, madres, hermanas, amigas… que quien se sirve o se ha servido alguna vez de la prostitución, no es mejor que cualquiera de la famosa «manada». Es un desalmado que debería ser juzgado y condenado por ello, pero la hipocresía social llega tan lejos, que en vez de condenarlos a ellos, las condenan a ellas.

Según la antropóloga Carmen Meneses. tenemos una clasificación de esta escoria humana:

LOS OCIOSOS: 24,1% de los hombres que recurren al sexo de pago. Buscan diversión y ocio. «Se trata en muchos casos de jóvenes que salen en grupo de juerga. Si la noche concluye y no han ligado, acuden a clubes».

LOS COSIFICADORES: Constituyen el 21,7% y son aquellos hombres que pagan porque desean sexo puro y duro, para estos, las personas son meros bienes de consumo que les proporcionan satisfacción sexual. «Son los que más mercantilizan el cuerpo de las mujeres».

LOS BUSCADORES DE PAREJA: Representan el 21,7% varones solos, sin pareja, que acaban estableciendo una relación afectiva profunda con una prostituta. «En algunos casos incluso terminan emparejándose con ella. Estas parejas suelen desembocar en violencia de género».

LOS ARRIESGADOS: Dos de cada diez españoles que pagan por sexo (exactamente el 19,8%) pertenecen a ese grupo. Son hombres que, además de sexo, se ven atraídos por el riesgo, por el peligro. «Demandan sexo sin protección, sin preservativos, y acompañado muchas veces de cocaína». «Son muy peligrosos, pueden transmitir enfermedades de transmisión sexual a sus parejas».

LOS PERSONALIZADORES: Son aquellos que además de sexo buscan compañía, alguien que les escuche. «Vamos, una psicóloga además de una prostituta», resume Meneses. Entran en esta categoría el 12,6% de los españoles que pagan por mantener relaciones sexuales.

LOS AGRESORES: «Se trata de aquellos que recurren al sexo de pago para ejercer violencia sobre las prostitutas. Pero este perfil no emerge en las encuestas, los hombres que son agresores no te dicen que lo son cuando les preguntas al respecto».

En cuanto a las mujeres…

El modelo más sangrante es el de la trata de mujeres que han sido engañadas, secuestradas y coaccionadas para ejercer la prostitución por bandas criminales organizadas.

El segundo, las semiprofesionales, es el sector de mujeres que para sobrevivir y mantener a sus hijos u otros familiares más o menos ocasionalmente se prostituye… algunas «felizmente» casadas.

Casi terminando, están los casos dramáticos de los bajos fondos, mujeres que han caído en la drogadicción, enfermedad y severo maltrato social e incluso a veces institucional que acaban en manos de proxenetas de bajo nivel.

Finalmente aparecen las auténticas profesionales, es un porcentaje pequeño dentro del ámbito, son las que desde el minuto uno sabían qué, cómo y para qué lo hacen, personalmente tengo amigas que se han pagado piso, carrera y despacho con ello…

Es un perfil de belleza física a nivel modelo que luego acaba muy bien situado, en muchos casos, en las altas esferas de la sociedad.

Estas últimas, las que han «triunfado», son a las que se refería en una canción Jaques Brel, esas damas de la alta sociedad a las que señalaba con el dedo mientras elevaba la mirada a los palcos principales del Olimpia de París. Traducido al español sería algo así: «…no olviden señoras, que las putas, las de verdad, no son las que hacen pagar antes, sino después». Las otras, mal llamadas así, son obligadas por organizaciones criminales.