Las amistades pueden tener una repercusión en tu salud y en tu bienestar emocional, pero no es fácil forjarlas y a veces se vuelven complicadas en el tiempo. Las personas vamos progresando en nuestra vida y lo que nos podría parecer en tiempos pasados, una estupenda relación; con el paso del tiempo se convierte en una carga. Muchas veces complicada de poder llevar y debes soltar, amarre y empezar de nuevo.

Las personas entran en nuestra vida, como soplos de aire fresco. Haciéndonos ver lo diferentes que pueden ser las cosas, realidades que no hubiéramos podido ser capaces de ver, si esa amiga o amigo no estuviera a nuestro lado, justo en ese mismo instante. Aprendemos culturas diferentes a la nuestra propia, opciones que jamás nuestras mentes hallaron y que, por arte de magia, empiezas a entender.

Amistades peligrosas

Nace un respeto mutuo y una línea que jamás se cruza, ni los reproches en nuestras vidas y donde los perdones no importan.

Pero cuando el tiempo extiende su mano y te cruza la cara, despertando a la realidad de que esa persona, sólo fue una cortina de humo, apareciendo el lobo. El que te ha traicionado para conseguir sus fines, usando esa relación para progresar en su carrera profesional o personal. Dependiendo de lo tocado que haya quedado tu orgullo, aparece tu lado animal.

Escarabajo tigre, que actúa rápido, aunque cegado, no da los estoques necesarios. Un tiburón Mako, rápido, mortal y capaz de dar saltos fuera del agua para atrapar la presa, pero que, si cae en terreno inadecuado, se estrella sin lograr el propósito. Y por último la hiena, la que sabe esperar la ocasión precisa para robar o devolver el estoque y riendo la última.

Los psicólogos apuntan que el rencor no es buen compañero de viaje y puede convertirte en prisionero en tu propio afán de venganza. Posiblemente, tengan razón, pero cuando una y otra vez esas amistades te traicionan, dejas de ser Caperucita roja y te conviertes en un depredador, dejando de ser la presa para convertirte en cazador o en un animal.

Sea cual sea el animal o cazador, siempre uno mismo prefiere ser la hiena. Es cierto, come carroña, los desechos de los demás, pero la última que ríe.

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