Mario Obrero: “Ser poeta no es, no debiera ser, una presentación ante la sociedad, sino un modo consecuente y responsable de vida, desde la escritura pero también desde la acción más íntima”.

El pasado 15 de septiembre tuvimos la suerte de contar en nuestra ciudad, con la presencia de una de las voces más representativas y actuales de la poesía, el poeta Mario Obrero. En la Librería El Agente Secreto, dentro del  ciclo “Poesía en tu Librería”, organizado por la Fundación Legado Literario Miguel Hernández. Ganador del Premio Loewe a la Creación Joven, y galardonado recientemente con el Premio Nacional de Juventud en la categoría de Cultura. Actualmente conduce el programa de TVE, Un país para leerlo. Pero por encima de todo es un grandísimo poeta.

Hemos querido charlar con él para que lo conozcan los lectores de nuestro periódico.

IR: Buenas tardes Mario, para la cultura de esta ciudad y en particular la poesía, es un honor tenerte entre nosotros. La primera pregunta que te hago es, ¿cómo empezaste a amar la poesía?

MO: Es también para mí un placer estar en Úbeda, casa de “aceituneros altivos”, sefarditas y otras muchas militantes de la dignidad humana.

Supongo que, en línea con la propia naturaleza de la poesía, el afecto llegó de forma incognoscible. La poesía atraviesa sin miedos aquellas anchas lagunas del desconocimiento humano, y eso es lo que la hace vital, necesaria e interlocutora de los pueblos y su tiempo.

I.R: Sin tener en cuenta la poesía y tu trayectoria, ¿Cómo se define Mario Obrero?

MO: Indivisible de su perspectiva civil, su militancia poética y sus amistades cómplices. Ser poeta no es, no debiera ser, una presentación ante la sociedad, sino un modo consecuente y responsable de vida, desde la escritura, pero también desde la acción más íntima.

IR: Tu juventud y la manera que has irrumpido en el panorama actual, hace pensar que la gente joven está interesada en la literatura. ¿Cómo ves esa percepción; es real?

MO: Es complicado generalizar. Cuando pensamos en “gente joven”, recurro con frecuencia al mismo ejemplo: Froilán y yo somos, ambos, jóvenes. A pesar de ello, no nos parecemos en nada.

Entendiendo por ‘jóvenes’ a las compañeras de generación con las que dialogo, poetas coetáneas o amigas de la universidad, estoy convencido de que la poesía cumple una máxima de su identidad: cuando es más necesaria, mayor es su manifestación. Son tiempos de poesía.

I.R: ¿Qué opinas de las redes sociales y las nuevas tecnologías en relación a la literatura?

Mo: Tengo una opinión poco formada, incluso diría irrelevante. Mi relación con la única red social que poseo es bastante leve.

Sin embargo, las ‘redes sociales’ entendidas como un patio de vecinas, una militancia política, un grupo activista o un sindicato sí que me atañen mucho. Creo en esas redes de cuidado, reflexión y pensamiento colectivo: son fundamentales para el desarrollo de la poesía.

I.R: ¿Para ser poeta hay que ser buen lector?

MO: Sin duda. Para ser buen ciudadano hay que ser buen lector. No solo de libros, lector de sensibilidades, de diferencias que enriquecen, lector de injusticias y errores, gente en definitiva atenta y abierta a intervenir en su propia vida y su entorno.

I.R: ¿Qué poetas te han trasmitido, o han significado algo importante en tu proyección?

MO: He tenido ocasión de conocer a poetas que, sin duda, han sido clave para mi vida: Guadalupe Grande o Juan Carlos Mestre son dos de ellos.

Además, el diálogo poético te permite ir más allá de un limitado presente: Lorca, Maria-Mercè Marçal, Rosalía de Castro o Cernuda han marcado mi visión y, consecuentemente, mi escritura.

I.R: También he leído que la música es otra de tus pasiones, en concreto te has acercado al rap, ¿son dos mundos paralelos?

MO: Este es un sambenito algo paradójico: lo cierto es que no escucho mucho rap, ni tampoco lo practico. Alguna vez se ha hablado de estas pasiones por el mero hecho de ser jóven, pero no tengo una relación muy próxima.

Desde mi desconocimiento, lo respeto y valoro como cualquier otra manifestación artística.

I.R: Estás presentando en TVE “Un país para leerlo”. ¿Cuáles son los objetivos en este programa? ¿Que le dirias a la gente para que pueda verlo y disfrutarlo?

M.O:  La siguiente temporada estará presentada a cargo de la poeta Raquel Lanseros. Aun así, después de un año de trabajo como guionista y presentador tengo muy claro cuál debiera ser el objetivo de un programa así. Es esencial cumplir con la función pública de RTVE, significando esto más diversidad, más editoriales, librerías y autores independientes, más lenguas propias del Estado y mucha más libertad de expresión, base fundamental de la creación literaria.

I.R: Vienes a Úbeda de la mano de La Fundación para el Legado de Miguel Hernández. para hablar  sobre la poesía de Miguel Hernández. ¿Eres poeta hernadinano?¿Qué te fascina de él?

MO: Miguel Hernández es indivisible de su altura no solo como poeta sino como ciudadano honrado y comprometido con los valores democráticos. Por ello, a Hernández lo considero referencia en su acción literaria y su acción social.

I.R: ¿Proyectos para publicar en un futuro cercano?

MO: Sí, trabajo en un poemario. Tengo otras cosas en la mente y, en definitiva, estoy feliz escribiendo: es, en cierto modo, el lugar primigenio y doméstico del poeta.

I.R: Muchísimas gracias por tu tiempo.

MO: Gracias por vuestro tiempo, el tuyo y el de los lectores.

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