Las leyes físicas que rigen la realidad objetiva del día a día, por lo menos, hasta la frontera de lo cuántico que podamos entender, son sencillas y predecibles...

Sí… Hasta que las emociones y tensiones te recuerdan que, ser un humano, forma parte de un sistema entrópico regido, entre otras, por la segunda ley de la termodinámica, que te puede sacar del control propio, por eso es tan importante saber pedir perdón y perdonarse a uno mismo… A tiempo.

Si la ira viene a mostrarte algo, aprende y rectifica, todas las emociones tiene su función, pero por lo menos, no lo empeores cuando afecte a terceros, el orgullo es como el pus de una herida, su remedio, en cambio, es el sentido de que todos somos piezas dignas de respeto dentro de un mismo sistema.

Decía Platón: «Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir; los tontos porque tienen que decir algo…». Luego se preguntan los segundos por qué se enfadan los primeros, evidentemente, no por sabios, sino por la animalidad implícita que conlleva ser un ente vivo con un cerebro característico de un mamífero.

Ambos, sabios y menos sabios, son el reflejo el uno del otro en dos puntos diferentes de un mismo continuo de información , uno precisa entender que no es tan sabio y el otro que tiene que compensar su falta de inteligencia con la sabia prudencia.