LA GENTUZA NO PUEDE ESTAR AL MANDO DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA

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Dios mío, que lejos nos queda aquel gobierno de la Generalitat de Catalunya comandado por un hombre de principios llamado Josep Tarradellas. El Presidente de la Generalitat en el exilio regresó para devolver al pueblo que nació y residía en Catalunya, los flujos de la libertad durante muchos años hurtada.

Estoy seguro que, si el President de todos los catalanes dentro y fuera de los lindes de un territorio gráficamente representado por unas cotas geográficas, levantara la cabeza de su tumba en el mausoleo que la familia tiene en la población barcelonesa de Cervelló, volvería a envolverse en el sudario para no ver y contemplar el desgavell que tienen montado los indecentes mandamases de esa muy respetable institución.

No se puede ser más mezquino que los monaguillos de una rata escondida en el maletero de un coche huyendo cobardemente de una justicia que habría dado con sus huesos en la cárcel. 

Y digo mezquinos, por ser generoso en el calificativo, a quienes les negaron la vacuna a los miembros de las fuerzas de seguridad de la nación tal que fueron Policía Nacional y Guardia Civil.

Tras la sentencia del Tribunal de Justicia de Catalunya por la que obligaba al gobierno de la Generalitat a vacunar a los miembros de los cuerpos nacionales, esos destripaterrones de alcantarilla recurrían la sentencia porque estaban empeñados en que el COVID-19 acabara infectando a todos los que cumplían con el deber de defender la Constitución que nos dimos todos los españoles.

Pues ese cobarde amiguito de Putin a quien acudió para pedirle dinero con el que pudiera pagar su campaña política, ahora critica que el Tribunal Supremo de Catalunya tenga que ordenar a la institución del gobierno catalán que se vacune a esos miembros de ambos cuerpos “de inmediato y sin dilaciones”. Hasta esta misma fecha solo se habían vacunado al 9’9% de la Policía Nacional y al 6’3% de la Guardia Civil, mientras sí lo habían a un 80% de la policía autonómica de Catalunya.

Ese indeseable, tan estúpido como inútil, escribió en un twiter… “Los que agredieron a ciudadanos al grito de “¡a por ellos!” continuan privilegiados y protegidos por el sistema español. Los vacunarán pasando por delante de personas indefensas y pacíficas a los cuales golpearon de forma salvaje el día 1 de octubre de 2017”- Y además embustero patológico. Nada de lo que cuenta es verdad, y si no que se lo pregunten a aquella independentista que se autolesionó en una mano para dar pábulo de su encarnizada pelea con la policía. La misma televisión que emitiera las imágenes ofrecida por esa individua, emitió unas horas después las imágenes de la mentira.

El soñador de Waterloo llora cada noche al pie del león que el Duque de Wellington mandó fundir con los cañones arrebatados a los franceses en la batalla de su mismo nombre. Hay historiadores que dicen que en el acto de rendirse Napoleón Bonaparte al Duque de Wellington le dijo: “La gloria es la versión de los hechos pasados que la gente ha decidido respetar con el presente” Y como todo lo relacionado con el funambulista Puigdemont guarda cierta relación con la vergüenza y el deshonor se abraza al pequeño César bonapartista para seguir asomando su cabecita por el redil de la alcantarilla.

“Vergonya cavallers, vergonya”, Jaume I el conqueridor, dixit.

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