Tiempos de reflexión: Más allá de las ideas, la responsabilidad y la estupidez en la sociedad actual

No son las ideas, son lo que hacemos con ellas… por eso el peor infierno que puedes vivir en vida, más allá de una guerra, es estar rodeado de gente realmente estúpida.

Todos cometemos estupideces, pero en diferente grado y por causas diversas… pero cuando eso se transforma en un hábito, «et voilà» bienvenidos a esa parte de Europa que permite que se desmorone una estructura social y económica que ha sufrido guerras, hambrunas, pandemias y el titánico esfuerzo de varias generaciones de personas que se dejaron la piel para que nosotros disfrutemos de sus logros. Ellos pensaban que sabríamos aprovecharlo mejor…

Vendemos a usureros emocionales el tiempo y confundimos el «ser»… con la apariencia serlo, atribuimos virtudes a las ideas olvidando que son sólo creencias… algunos incluso matan por ellas, por maneras de pensar que ni tan sólo han elegido, porque son disfraces de un ego que se sabe tan pequeño que necesita aparentarse a sí mismo ser algo… ante el beneplácito de otros.

Deberíamos entender que somos a lo que dedicamos el tiempo…

Una persona bondadosa… ama, empatiza, defiende la naturaleza y a las demás personas sin necesidad de que ninguna identidad social o ideología se apropie de sus acciones… cuando lo hacen, es porque algunos se han montado un «negocio» con ello.

Porque son eso, propias, nacidas del corazón, la sensibilidad, la inteligencia y el entendimiento de la existencia.

Así que decido renacer libre con mis carencias, renuncio a ser sólo un ser cuyas ideas tengan que ser refrendadas por otros…

O impuestas por intereses que poco tienen que ver con un mundo más humano y justo para todos.

Pero comprendido como lo expresó Montesquieu: «la libertad es el poder hacer lo que se debe hacer» no lo que a uno le viene en gana. Es decir, la responsabilidad es el precio de la libertad, sin la primera todo se desmorona.