Recibe una brutal paliza ante la impasibilidad de los transeúntes
El sábado por la madrugada un hombre de 47 años y taxista recibió una brutal paliza por parte de un grupo de jóvenes, al parecer de etnia gitana.
Todo sucedió cuando el taxista fue a recoger a dos mujeres a la salida de una discoteca, situada en el Polígono de Son Castelló. Una vez dentro las mujeres, un grupo de jóvenes rodearon el coche, propinando patadas al automóvil, subiéndose encima del capo.
El hombre salió del coche y les pidió que dejaran su medio de trabajo, sin ningún tipo de amenazas. El hombre de nuevo se introdujo en el automóvil y fue cuando los jóvenes decidieron golpear nuevamente el automóvil, con el consiguiente nerviosismo de las mujeres y del taxista.
Recibió innumerables patadas en cuerpo y cabeza
El taxista volvió a salir y sin mediar palabra, el grupo de jóvenes se abalanzó sobre el hombre, qué cayó al suelo, donde le propinaron patadas por la cabeza y el cuerpo. Todo esto ante la impasibilidad de la gente que contemplaba la escena y no intercedían en nada.
Tuvieron que ser un grupo de chicas jóvenes que rodearon al taxista, incluso una de ellas cubrió la cabeza con su propio cuerpo, para proteger al hombre que había quedado inconsciente en el suelo. Las jóvenes llamaron de inmediato a la policía Local y Nacional, que se personaron inmediatamente a igual que una ambulancia, donde traslado al hombre a un centro hospitalario.
Tanto el sector del taxi, como el hombre, han interpuesto sendas denuncias a la espera de que puedan ser identificados los agresores. El hombre fue dado de alta, con innumerables hematomas en su cuerpo y controles que tendrá que hacerse en los días previos.
Las agresiones hacia este colectivo, no deja de disminuir. Estos trabajadores sólo quieren trabajar tranquilamente y poder llevar un sueldo a su casa, sin que su vida peligre. Es cierto que las calles, a horas altas de la madrugada, parece una selva llena de jóvenes que, para pasar el rato, apalean a otras personas. Y lo más duele de todo esto es que estas agresiones se repiten una y otra vez por los mismos grupos, que una vez detenidos suelen salir por la puerta trasera. Ante la impasibilidad de las víctimas y de los mismos agentes.
La noche se ha vuelto una jungla
Redactora Jefe
