Historias que bien pueden ser reales - Periódico de Baleares

Marina, prometedora universitaria en ingeniería informática y trabajadora a tiempo parcial en un banco privado, tenía un problema, era adicta a múltiples drogas y a la vida hedonista.

Por ello organizó su vida entorno a aprovechar su juventud y belleza para tener a varios hombres maduritos, todos casados, unos profesores de universidad y otros directivos de la banca para, digamos, facilitar sus objetivos y necesidades en la vida.

En los móviles y ordenadores de su rebaño de penes había instalado avanzados programas y virus de espionaje. Realmente, tenía el control de sus cuentas bancarias y los más íntimos secretos de cada uno de ellos.

Pero no bastaba, cada vez quería más, deseaba vivir en una lujosa y encantadora casa en la Sierra de Tramuntana y tener un ritmo de vida a todo tren, ya saben, buenos restaurantes, coche deportivo de alta gama, joyas y, como no, droga de calidad.

Lobas e Historias

Así que decidió convertirse en una «camella» de la alta sociedad, pues, aunque era bella, había demasiada competencia de lobas como ella para engatusar a hombres de alto estatus.

Inevitablemente, su mente se fue modelando con el tiempo en la mismísima maldad, así, cada vez que uno de sus romeos de nivel medio quería dejarla o se negaba a seguir financiando parte de sus caprichos, simplemente trazaba un plan de chantaje o para que lo detuvieran por tenencia de pornografía infantil, tenencia o tráfico de drogas… Evidentemente, de ella no había rastro que pudiera implicarla, salvo los delirantes testimonios de sus víctimas que la señalaban.

Por eso, un policía nacional, el inspector Heredia, aunque no tenía pruebas suficientes, por lo menos rastreaba un hilo de investigación que le llevo a conocer a la mujer más maquiavélica que jamás podría imaginar.

Sé que todos a partir de aquí imaginan una intrigante, intensa trama y persecución al estilo policial de Hollywood.

No, nada más lejos, el inspector Heredia acabó siendo un peón más en el tablero de Marina, trabaja para ella a cambio de buenas comisiones; ya saben, vivir de un sueldo de funcionario en Mallorca, casi no basta para pagar el alquiler ¿verdad?