Prohibido ser infeliz…
En el momento que pasas un bache en tu vida, reconocerás a tus enemigos porque siempre aprovechan la ocasión para herirte…
‘Felicidad’ o aceptar la realidad…
La primera es el estado de ánimo de quien se siente plenamente satisfecho… atención: ‘plenamente’.
Es agotador sólo pensarlo…
Por ejemplo, hay personas que trabajan 11 meses en un trabajo que aparentan que les gusta (trabajo, palabra que etimológicamente significa ‘castigo’) sólo para poder alcanzar una supuesta felicidad 28 días en unas vacaciones llenas de selfies que publicitan en el muro de su facebook.
O… esas gentes atrapadas por lo que Jung llamaba la sombra… cara al público radiante, cordial y sonriente… para luego al llegar a casa, quitarse el maquillaje emocional ante el drama de los conflictos internos.
Y que hay de esos ‘gurus’ que se pasean en escenarios que cuando cierran la puerta del camerino nos son mas que eso… «actores de lo que pregonan»… Mas de uno, era tan feo, tan bajito, sin media hostia (como Hitler) que tuvo que inventarse un personaje para poder «impresionar» y ganarse la vida vendiendo humo a las personas aprovechando sus flaquezas… comerciando con un producto que te hará «crecer el pelo de la felicidad»… como prometían los feriantes de antaño.
La realidad…
Aceptar la realidad… pero resulta que hay tantas realidades como personas, mas aún, tantas como estados de ánimo diferentes tengan éstas durante diferentes momentos… o filosofías de vida haya.
La realidad te invita a sentir tristeza porque es natural a veces estar así y te hace mas empático en relación a los que sufren.
La realidad es que no todo el mundo te ve con el perfil que mejor te queda y que plasmas en tu muro…
La realidad no es esa jerga de palabras bien sonantes con las que te venden mercaderes del mindfulness sus métodos de meditación…
La realidad es algo fluctuante, algo que sólo las personas completas, humanas y valientes viven con sus más y sus menos… de forma responsable… sin hacerlo pagar a nadie, sin cargar en las espaldas de los demás su felicidad o infelicidades… ‘sin cobrar por engañarte’.