Foto de: Esteban Vega La Rota www.semana.com

Sordo y ciego, parece estar el Gobierno actual en Colombia o al menos lo parece. Este Gobierno promete ser aún más laxo con las guerrillas y la delincuencia que el de Juan Manuel Santos.

Los colombianos que votaron en 2016 por el NO (50.2% contra un 49.7%) en el Plebiscito por el proceso de paz con la guerrilla de la F.A.R.C. (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), fueron engañados por el Gobierno de Santos, al imponer la negociación con dicha guerrilla. El mandato del pueblo fue desconocido y tras un proceso con esta guerrilla ha habido una serie de acontecimientos que han perjudicado la justicia y la seguridad del país.

Algunos meses después de firmar el acuerdo de paz, surgieron disidencias de esta misma guerrilla que sembraron el terror en el departamento de Nariño y, posteriormente, otro frente fue creado con el nombre de la Segunda Marquetalia, conformado por algunos de los firmantes, quienes se fugaron al verse implicados nuevamente con el narcotráfico; Iván Márquez, Jesús Santrich y Gentil Duarte, entre otros. Según la Revista Semana en su edición de enero de 2022 todavía se encontraba Márquez en territorio venezolano, tras la muerte de Santrich.

En el informe final del Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (INDEPAZ) del año 2021, se establece que las FARC-EP (Ejército Popular) tendría, al menos 5.500 combatientes, en aproximadamente 34 estructuras, las cuales han seguido operando con el reclutamiento de niños, con las extorsiones y con el negocio del narcotráfico (https://indepaz.org.co/wp-content/uploads/2022/01/INFORME-FINAL-2021).

En el acuerdo de paz firmado por Santos, la “desmovilizada” guerrilla de la F.A.R.C. había acordado indemnizar a las víctimas del conflicto. En febrero de 2022, Ramón Rodríguez, director de la Unidad para las Víctimas, concedió una entrevista a la cadena radial colombiana Caracol, en la que asegura que lo que se ha recibido, en otras palabras, es casi nulo (https://caracol.com.co/radio/2022/02/20/judicial/1645318776_012048.html). Dicho esto, serán los contribuyentes de a pie los que tengan que seguir pagando astronómicas sumas por indemnizaciones de todo tipo.

Nuestro país sigue sufriendo por la violencia, no podemos desconocer los errores nefastos cometidos por las fuerzas militares por el vínculo que tuvieron con el paramilitarismo y los asesinatos presentados como falsos positivos, pero ahora el Ejército colombiano está amarrado por las decisiones de este Gobierno, hay un cese al fuego unilateral y se han retirado las fuerzas militares de algunos territorios donde se combatía a las guerrillas, entre ellas el E.L.N. (Ejército de Liberación Nacional).

Varios Gobiernos de Colombia han iniciado procesos de paz con esta guerrilla insurgente, terrorista y narcotraficante que nunca ha cesado el fuego y que tuvo su origen en 1964 tras el viaje de 18 estudiantes que fueron enviados por el partido comunista colombiano y becados por Fidel Castro. Su primera incursión armada fue en Bucaramanga, departamento de Santander, en 1965, donde dieron a conocer su Manifiesto de Simacota (https://cedema.org/digital_items/3701), lo que contiene propuestas con ideas que encierran “buenas intenciones”, sin embargo, es un origen únicamente, nada de lo que ha surgido de esta guerrilla ha sido útil para los colombianos; en lugar de ello, hemos visto matanzas, secuestros, reclutamiento de menores e incursión en el narcotráfico para sostenerse.

Sus filas se han extendido por el territorio nacional y han disputado espacios, que la F.A.R.C. dejó libres, con grupos delincuenciales vinculados al narcotráfico.

Los últimos presidentes de Colombia han realizado diálogos en los territorios nacionales, toman atenta nota de las necesidades de los ciudadanos, manifiestan sus condolencias a todo tipo de víctimas, sean exguerrilleros, sean defensores del pueblo, sean secuestrados o víctimas de la delincuencia común, en fin, pero éste último, especialmente, parece tener oídos sordos, ya que gracias a los anuncios de la paz total los grupos armados, los grupos delincuenciales y otras organizaciones que extienden sus tentáculos desde México, han visto el camino libre para seguir realizando sus acciones en un país donde las cifras de impunidad son las mismas de
hace 20 años y van en aumento, lo que nos deja en un lamentable puesto 136 de 140 en cuanto a la efectividad del sistema de investigación criminal, según el portal colombiano de La Silla Vacía (https://www.lasillavacia.com/historias/historias-silla-llena/el-circulo-vicioso-de-la-impunidad/ , artículo El círculo vicioso de la impunidad).

¿Será que estos grupos han entendido la Paz total como Impunidad total?, ¿Será que Petro está buscando un premio Nobel como Santos?

Hasta el día de hoy las intenciones del Gobierno Petro frente a los problemas sociales son razonables, pero ha pecado con la improvisación. Para cumplir con los ideales de la reforma a la salud, por ejemplo, se necesita una organización previa en los territorios alejados que debería estar totalmente a cargo del Gobierno y no la proposición de acabar con lo ya construido; con un sistema de salud que ha funcionado, pero esto es otra tela para cortar.

2 pensamientos sobre “El pueblo colombiano sumido en la incertidumbre

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