40 años del Estatuto de Autonomía de las islas Baleares ¿Democracia o dictadura?
Una Carta Magna que no ha sido propuesta electoralmente, consultada ni refrendada por el pueblo, aunque desde el punto de vista jurídico, se revista de legalidad y tenga decretos y normas que dictan los propios políticos, sino cuenta con el refrendo popular, es la definición exacta de lo que es una dictadura.
En este sentido el Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares, es una dictadura absolutista que regula la convivencia del pueblo balear. Efectivamente, en 1983, el recién creado Gobierno autonómico de las islas Baleares, dio a conocer su nuevo Estatuto, o Carta Magna local, el que impone unas normas de obligado cumplimiento, pactadas solo entre grupos políticos, sin que al pueblo balear se le haya dado jamás el más mínimo derecho de opinar o decidir, esto que al parecer
es legal, en realidad se llama despotismo, y no es democracia.
Una de las más controvertidas, sin duda la más prepotente, es la condena a muerte de la lengua vernácula del pueblo; el idioma balear, incluidas sus variantes fonéticas de Mallorca, Menorca, Ibiza o Formentera, y su inmediata sustitución por la modalidad lingüística de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Cambiar un idioma por otro, el balear por el catalán, es despreciar e ignorar deliberadamente la evolución lingüística de un pueblo, la lengua materna es la historia, borrarla es,
sin duda, una condena a muerte. En Canarias la voz de los Guanches ya no se escucha y en Baleares seguimos el mismo destino.
Constitución española de 1978
¿En que se basaron nuestros políticos para cometer tamaño disparate lingüístico? La Constitución española de 1978, en su artículo 3.2, dice sobre lenguas: “ Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus Estatutos ”Por lo visto, nuestros políticos entendieron que podían elegir o votar cualquier lengua española, y que solo tenían que incluirá en el nuevo estatuto… ni siquiera les dio tiempo a leer el siguiente punto 3.3 que dice. “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección” ni se les ocurrió considerar que en las Baleares tenemos una lengua más antigua y más hermosa que la de los catalanes, porque es la que hablan sus ciudadanos, con sus gramáticas y sus diccionarios, sus topónimos, y costumbres, un patrimonio cultural de España y de la humanidad, englobado dentro de las lenguas románicas, que merece todo el respeto y protección, como manda la Constitución.
No es posible enumerar las tropelías lingüísticas que desde entonces han impuesto los diferentes gobiernos autonómicos, sin que importe demasiado el color político…
La realidad supera en muchos casos la ficción, desde esconder las gramáticas mallorquinas a obligar por ley a aprender el catalán para poder trabajar en la administración… todo un rosario de medidas que se encuadran perfectamente dentro del modus operandi de cualquier dictadura.
Incluso hoy, el reciente acuerdo entre PP y Vox sobre política lingüística, deja muy claro que no se tiene ninguna intención de rectificar y que el catalán sigue y seguirá siendo la lengua oficial elegida por los políticos, sin que poco o nada importe la realidad existencial de la verdadera lengua vernácula, y ni mucho menos la opinión popular.
Dictadura lingüística
Tras cuarenta años de dictadura lingüística, quizás ha llegado el momento de comprobar cuál es el resultado de tan loable esfuerzo, ¿se ha conseguido el objetivo de que el pueblo balear se convierta en un pueblo catalán? o, por el contrario, ¿es hora de devolver al pueblo el derecho democrático a su lengua materna y vehicular, el balear, con sus modalidades lingüísticas, mallorquín, menorquín, ibicenco?, y de que el idioma catalán regrese donde tiene que estar, su tierra de origen: Cataluña.
Ustedes deciden señores políticos, mientras tanto seguiremos con la dictadura de un controvertido y nada democrático Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares, o de “les illes balears” como se dice en catalán.
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