Titan, el reciente y trágico espectáculo de la muerte…
Al igual que la gente se apelotonaba alrededor de un ahorcamiento o una guillotina, ahora, con la comodidad de los salones, portátiles y móviles, la morbosa parte de la gente deshumanizada, sigue haciendo lo mismo que antaño: “the show must go on”.
Cada vez que hacemos de la muerte un espectáculo, algo muere en nosotros: la esperanza en la humanidad.
El hacer eco de ello, cuando hay 62 guerras en el mundo, 8600 niños menores de cinco años muriendo de sed y hambre al día… Claro, eso no da morbo ¿verdad?
Los antropólogos dicen que lo negativo, en la vida, pesa cinco veces más que lo gratificante como mecanismo de motivación para evitarlo en el futuro y así tener más en cuenta lo que puede ser peligroso para nuestra propia supervivencia.
Los psicólogos exponen que la desgracia que sufren los otros nos recuerda lo efímera que puede ser nuestra vida, así, lo trágico que le ocurre a los demás es como una especie de consuelo hacia uno mismo por no ser la víctima.
Pero cuando el nivel de morbo ante la muerte o un trágico suceso se vuelve patológico al ser utilizarlo como reclamo de marketing deja de ser algo ético al transformarse en mero entretenimiento informativo para obtener audiencias y, por tanto, por ejemplo, mayores ingresos de publicidad.
Es curioso y a la vez alarmante observar la recreación ficticia que los medios de comunicación utilizan en sustitución de potenciar la verdadera cultura, ciencias, etc..
Comida basura y cultura basura campan por doquier, dejando un rastro de hedor putrefacto por la falta de moral, ética y sensibilidad social.
Mis mas sinceras condolencias a los que sufren auténticamente este desgraciado suceso.