Técnica vocal:

Habiendo expuesto en anteriores artículos el canto como elemento interdisciplinar en las escuelas, su origen, beneficios y como elemento de conexión entre las materias y competencias básicas en la educación escolar, emprendemos un nuevo capítulo acercándonos a uno de los objetivos principales del canto y de la voz hablada como es el de la técnica vocal.

La finalidad de la técnica vocal es llegar a alcanzar el mejor rendimiento de la voz con el menor esfuerzo posible y prevenir o solventar cualquier patología que afecte a la voz tanto en el ejercicio de la voz cantada como en el de la voz hablada. El conocimiento y estudio de la misma dota de toda una serie de recursos para prevenir y solucionar trastornos comunes tanto físicos y emocionales acompañado de hábitos saludables. En la etapa de la adolescencia tanto la voz cantada como la hablada sufren una serie de transformaciones que hay que tener en cuenta como el período de la muda de voz que requiere un buen cuidado e higiene particular, ya que se producen constantes cambios fisiológicos en los repliegues vocales, cartílagos y laringe.

Un mal uso del instrumento puede llegar a provocar numerosas patologías como nódulos, pólipos, edemas, afonías crónicas etc…y es por ello la importancia del manejo y conocimiento de la técnica vocal al cantar y hablar haciendo hincapié en la postura corporal, respiración, fonación, articulación, emisión del sonido, resonancia y salud vocal. Entender la técnica vocal es por tanto atender al estudio del aparato respiratorio, fonador, resonador, postura corporal y salud vocal, que a continuación desarrollaré brevemente.

Aparato respiratorio

El aire es considerado como la base del canto y del habla. El estudio de la respiración se remonta a las primeras civilizaciones, respirar es la fuente de energía necesaria para vivir y es la clave del éxito del cantante. El canto se convertirá en el ejercicio excelente para desarrollar y fortalecer el aparato respiratorio.

Dicho aparato está formado por un conjunto de órganos como son: las fosas nasales, cavidad torácica, pulmones, diafragma y músculos abdominales, intercostales y dorsales.

En un principio cabe distinguir dos tipos de respiración, una instintiva (la que utilizamos para caminar, dormir, hacer deporte etc.) y otra educativa, que es la que utilizamos al cantar y como bien indica su nombre tenemos que educar. Al cantar se consume una cantidad de aire dos o tres veces superior al utilizado en la voz hablada, por eso se requiere un estudio más exhaustivo del aparato respiratorio. Será en este tipo de respiración, educativa, donde se habrá de diferenciar y trabajar las dos fases de la respiración como son la inspiración (el diafragma desciende) y la espiración (el diafragma asciende).

Uno de los objetivos es llegar a controlar y manejar los principales órganos que intervienen en el aparato respiratorio como el de los músculos abdominales, intercostales, dorsales y diafragma, éste último se convertirá en el músculo por excelencia del aparato respiratorio. Tiene forma de cúpula y separa la cavidad torácica del abdomen. En la inspiración desciende y dilata los músculos intercostales y las paredes abdominales. A través de él conseguiremos una respiración completa y de buena calidad.

Lo que se pretende es llegar a manejar toda una serie de musculatura, entendida como faja abdominal, y asimilar una buena correcta cogida del aire durante el proceso de respiración y fonación.

Para poder asimilar estos tipos de respiración y percibir las dilataciones musculares se realiza toda una serie de ejercicios de percepción y de control respiratorio, practicándose diariamente hasta alcanzar su completo dominio. El control consciente de la respiración y el aprendizaje de dosificar correctamente el aire, es la clave de una buena técnica vocal.

Aparato fonador

El aparato fonador está formado por toda una serie de órganos que intervienen en la producción del sonido y está constituido principalmente por la laringe. La laringe es un órgano cartilaginoso y muscular situado en la parte anterior y media del cuello, tiene una estructura tubular que permite el paso del aire cuyo interior presenta unos repliegues y unas estructuras músculo-ligamentosas simétricas. Es el órgano específico para la producción del sonido y el instrumento de la voz propiamente dicho.

En el interior de la laringe se encuentran las cuerdas vocales (dos músculos tendinosos de color blanquecino). El aire, al pasar por ellas, hace que vibren y se produzca el sonido. Dependiendo de su grado de tensión, longitud y masa se producirá un sonido más grave o más agudo, que a su vez quedará modificado por las cavidades de resonancia.

Una vez producido el sonido, se busca una correcta emisión de la voz, consiguiéndose a través del equilibrio entre los músculos de la respiración, la musculatura de la faringe, laringe y la resonancia. Cuando se habla de la fonación hay que hablar de los órganos articulatorios que serán los que faciliten la emisión del sonido. La libertad y la facilidad de la articulación dependerán de la relajación de los órganos articulatorios. Durante la emisión del sonido es muy importante que la mandíbula esté totalmente relajada para crear una perfecta dinámica de articulación y genere el espacio oportuno para que el sonido salga libre. Cuando la articulación es buena la emisión es correcta y se impide la fatiga vocal.

Aparte de la mandíbula, otro de los órganos de suma importancia que facilita la perfecta articulación es la lengua, junto a los dientes, labios, el paladar duro y el paladar blando. En el momento de la fonación se tendrá en cuenta la forma, tonicidad, y agilidad de estos órganos para obtener una mayor calidad del sonido. Dependiendo del sitio de colocación de estos órganos se producirán los distintos fonemas que configurará el lenguaje (vocales y consonantes).

El resultado de una buena articulación será la pronunciación y dicción, estos constituirán los principales elementos para una buena interpretación y la culminación de todo un trabajo vocal. Entendemos por dicción a la manera de pronunciar un texto con la corrección que imponen las normas de cada lengua. Proporciona expresividad, matices y precisión en la voz.

El último camino a seguir será la interpretación, que se transformará en el espíritu de la música, en la fuente de expresión y libertad.

No hay que olvidar que junto a la fonación, el oído juega un papel muy importante, ya que su función consiste en controlar la emisión del sonido y ajustar el tono de la voz, y como el del cerebro. Éste dirige el control del aire, la entonación, el timbre y el sentido del ritmo, será quien realice el auto-control del acto vocal y quién dé las órdenes para que se produzca la palabra y el canto.

Aparato resonador

Se considera a este aparato como el conjunto de órganos que amplifican el sonido y lo dotan de calidad. Las estructuras que lo forman son la cavidad cráneo-facial, la cavidad nasal (fosas nasales), cavidad oral (labios, paladar duro y paladar blando, la lengua, suelo del la boca), laringe, faringe (órgano muscular de forma tubular que está situada entre la base del cráneo y la entrada del esófago y laringe).

El tono y los armónicos en un principio son débiles, pero la influencia de las cavidades de resonancia permitirá mejorar su capacidad e intensidad. Estas estructuras tienen como función modificar el sonido producido por la laringe. No hay que olvidar también que el cuerpo es todo un resonador.

La proyección del sonido debe ser hacia afuera, cuanto menos se escuche uno mismo al cantar, mayor proyección se estará produciendo.

No todo el mundo encontrará los puntos de resonancia en las mismas zonas ya que estas vendrán determinadas por la conformación física de cada persona: Boca, nariz, maxilares, frente etc.

La emisión perfecta se produce desde el punto de vista fisiológico a través del perfecto equilibrio entre los músculos respiratorios y la musculatura faringe- laríngea, ayudada por una perfecta resonancia y un adecuado equilibrio psíquico.

Los defectos de la emisión pueden estar ocasionados por causas físicas, fisiológicas, patológicas o psíquicas. No obstante la facilidad de emisión vocal está condicionada por la postura corporal en que nos encontramos al cantar, el mantenimiento de una buena verticalidad favorecerá a la emisión de la voz.

Postura corporal

La postura que adopta el cuerpo al cantar es muy importante puesto que una alteración de ésta puede incidir en la musculatura, originando ciertas tensiones que afectarán a la fonación, apoyo respiratorio, calidad en la resonancia y tensión muscular. La postura idónea es mantener el cuerpo totalmente erguido y relajado, con la cabeza recta, piernas semiabiertas, con los hombros y brazos totalmente caídos sin que los músculos, tanto faciales como los del cuello, estén en tensión. Adoptando esta posición se tiene plena conciencia del apoyo del aire durante la fonación. Este punto de apoyo da estabilidad, dominio y seguridad en la emisión del sonido. Se sustenta principalmente por el diafragma y músculos abdominales, intercostales y dorsales. Estos músculos han de estar totalmente flexibles y sin ninguna tensión muscular durante la fase de la espiración.

Durante la fonación se va tomando conciencia del recorrido del aire desde el diafragma hasta las cavidades de resonancia, esta columna de aire estará apoyada constantemente por la faja abdominal. No hay que olvidar, y es importante saber, que el aire y la palabra se convierten en la base del canto y por consiguiente serán los causantes del apoyo del canto. En conclusión se debe conocer todo un mecanismo que requiere estudio y disciplina pero que a la larga se convertirá en uno de los más emocionantes y gratificantes en el camino de la educación del canto.

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