Solidaridad del COPIB con las víctimas del conflicto Israelí-Palestino
Desde el Col·legi Oficial de Psicología de les Illes Balears (COPIB), se expresa su solidaridad con el pueblo israelí y palestino afectado por el conflicto bélico que recientemente ha estallado en el seno de ambas comunidades. Este enfrentamiento armado está causando un inmenso sufrimiento y un perjuicio significativo en la vida cotidiana de las personas de toda la región. La solidaridad de COPIB está con todas las personas que se están viendo afectadas, sin importar su origen étnico, religión o nacionalidad.
Es fundamental que se respeten los derechos humanos y se promueva la igualdad, la justicia y la seguridad para todas las personas inmersas en ese conflicto, especialmente en el caso de los menores.
No se debe olvidar que los grandes damnificados de la guerra son los niños que sufren las devastadoras consecuencias de esta guerra que ha afectado sus vidas de manera inimaginable. El sufrimiento de los menores inmersos en cualquier conflicto bélico es inaceptable. Experimentan traumas, un constante estado de alerta, pérdida de seres queridos, desplazamiento forzado, ansiedad, miedo constante, pesadillas, interrupción de su educación y, en muchos casos, carecen de las condiciones básicas para vivir una vida digna. La exposición continua a situaciones de violencia y pérdida puede tener un impacto devastador en su bienestar emocional y psicológico.
Los niños no deberían ser víctimas de las decisiones políticas o de la violencia. Deben ser protegidos, educados y cuidados adecuadamente, sin importar su origen étnico o nacionalidad.
Y, por supuesto, también se manifiesta solidaridad con las organizaciones y personas que trabajan incansablemente para brindar asistencia humanitaria, atención médica y apoyo psicológico a los niños afectados por este conflicto. Su labor es esencial y debe ser protegida.
«Lo que no se cuenta, no existe». No se debe invisibilizar el sufrimiento de los menores en medio de este drama. Se debe concienciar a las administraciones, responsables políticos y comunidad internacional del horror que sufren día a día por culpa de la guerra. Las secuelas se incrustan en quienes menos lo merecen y se hipoteca su bienestar psicológico.
Se debe intentar parar entre todos esta barbarie.
