Foto cedida por Nuria Seral

Bajo su traje de penitente y con la cara cubierta por el tradicional capirote, M.A.B se puede entremezclar con los otros miembros de su propia cofradía, “Santo Tomas de Aquino” (Inca). 

En la actualidad esta mujer de 24 años y 12 como penitente, nos cuenta en esta entrevista, desde su perspectiva como nació para ella y lo que realmente significa ser penitente en el siglo XXI.

Su madre junto con algunas mujeres más fueron las que iniciaron esta tradición familiar. Incluso su madre fue una de las primeras portadoras de la talla.

¿Qué es lo que se necesita para ser penitente?Principalmente has de creer en la predicación. Me he criado en una familia religiosa, pero no muy practicante. Aunque en nuestra familia mostramos interés por otras religiones, más desde el ámbito cultural y de respeto hacia esas personas que creen de diferente manera que yo misma”. “Cada uno debe creer en algo, algunos creerán en una virgen otras en alguna imagen distinta. En mi propia familia tengo multitud de estas creencias diversas, incluso algunos son agnósticos. Al final cada uno debe creer en lo que se identifique y lo tenga muy arraigado en su interior

Salir de penitente en tu caso ¿Que con lleva? Para mi salir de penitente en estas ocasiones, es hacer un sacrificio personal. Dar mi tiempo a acompañar no solo a una imagen, sino a los demás penitentes que por una cuestión u otra han hecho alguna promesa.

Hoy en día hablar de semana santa, desde la parte de la creencia y fe. Parece como si fuera tradicionalmente de la mano de siglos pasados y de gente con edad avanzada.

¿Crees que este movimiento comienza por tradiciones familiares o bien por esa devoción a una imagen o creencia?Al principio se empieza por tu entorno. Si en ese mismo entorno no te has criado en la religión, en tu madurez rara vez se producirá esa devoción. No es imposible que en la edad adulta haya gente que se plante sus propias creencias y decida ser parte de alguna cofradía”.

La cofradía de Santo Tomas de Aquino nació en 1955 y salió por primera vez al año siguiente, con sus primeros 56 cofrades. Ya desde los inicios se instauro sus colores que serian y siguen siendo capa de color negro, la túnica y capirote blancos. En la parte frontal este bordado el escudo de dicha cofradía. En 1958 recibe la imagen de “La Dolorosa” talla policromada del escultor catalán Frederic Marès Deuvolol. Saliendo en procesión el viernes Santo. En la actualidad cuenta con unos 230 cofrades.

¿En vuestra cofradía se unen diferentes edades o mas bien se agrupa en un tramo de edad igual? “Es mixta, aunque parezca extraño cada vez mas se unen gente joven. A partir de los cinco años tu ya puedes participar. Es cierto que los niños lo viven de diferente manera que los adultos, pero ves en ellos la ilusión de pertenecer a otra familia e incluso de acompañar a sus padres en ese recorrido. A partir de los 12 años, ellos también llevan un cirio en todo el recorrido

La imagen de “la Dolorosa” es una talla que se debe portar encima de la espalda de hombres y mujeres que deciden ser portadores. Hay tres grupos de 32 hombres y un grupo de 42 mujeres que se intercambian en el recorrido. Todos ellos participan de este desfile. Allí bajo sus caras cubiertas no hay mujeres ni hombres, solo personas identificándose en una misma esperanza o fe.

Después de este paréntesis por la pandemia. Retomar la semana Santa con sus desfiles ¿Qué significa para ti este año? “Para mí es volver a retomar una tradición, pero no en el ámbito local sino de toda España. Además de una prueba de fe no solo para los creyentes sino de los espectadores o fieles. Hablamos que hay gente que lo ven como un espectáculo, los niños lo viven como el quien coge mas caramelos. En cambio, hay otra parte de esa gente que tu ves en el recorrido que son fervientes creyentes, que se emocionan al paso de las imágenes. Para esta gente ha sido un paréntesis muy largo”.

Hay veces que los cofrades se les relaciona con promesas que ha realizado a lo largo de su vida. Esto es cierto o un mito

“Bueno hay de todo, hay gente que realiza el recorrido en determinadas circunstancias por una promesa y otras solo por sus creencias. Yo misma he recorrido como penitente por una promesa”

El orden de salida de las cofradías a que se debe. “Para eso deberíamos trasladarnos al momento en que la gente no sabia leer y escribir. Las imágenes de las iglesias, las gárgolas, las vidrieras de colores que así mismo componen una historia. Todo eso era un proceso para enseñar al pueblo lo que estaba bien o mal. Podríamos decir que es la historia de Jesús, pero en imágenes. Y es así como se hacen las procesiones. Una historia para el pueblo vista y contada. Y vivida en sus particulares creencias”.

¿Te ves durante mas años haciendo de cofrade?Todo depende. El futuro es incierto, trabajo, la familia y sobre todo tus propias vivencias y creencias”.

Dejo a esta joven para poder reunirse con su cofradía. No esta sola, mucha gente estará con ella. No solo compañeros y penitentes, sino gente anónima que, al pasar por delante de ellas, se emocionaran.

La Semana Santa para muchos es tradición, fe, esperanza. Y aunque para muchos sea un testimonio asociado a épocas lejanas. Admiro a esos penitentes o cofrades que se preparan todo el año, para que por unas horas la ilusión y sobre todo la esperanza vuelva a la vida de la gente como yo.

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