Robos, drogas y gafas de sol en las calles de Calviá

Robos, drogas y gafas de sol chinas, esto es lo que tenemos actualmente en las calles de Calviá con el beneplácito del gobierno Socialcomunista que legisla actualmente en nuestro ayuntamiento.

No hace falta esforzarse mucho para toparse en la playa y calles de Magaluf, a decenas de personas de origen un tanto exótico, vendiéndote gafas o pulseras al módico precio de 60€, pese a notarse de lejos la mala calidad de estos productos, ¡los jóvenes turistas las compran a pares!

Y es que al parecer el valor de estas no está en las gafas en si, si no es su “etiqueta” blanca, polvorienta y de aproximadamente 1 gramo de peso, las cuales han conseguido que este negocio sea todo un éxito.

Este curioso Marketing ha logrado que vendan más gafas que Multiópticas y Specsavers juntas, un éxito que ha conseguido que a la mayoría de estos vendedores extranjeros se les hayan quitado las ganas de trabajar, pese a que muchos ya tengan el permiso de trabajo en nuestro país.

Otra actividad muy habitual en nuestras calles, son los amigos y amigas de los ajeno.
Auténticos armarios empotrados que literalmente cogen a nuestros turistas de los tobillos y los zarandean para sacarles hasta el último céntimo, aunque también se conforman con los móviles de última generación.

Esto lleva ocurriendo desde que en el Ayuntamiento de Calviá nos gobiernan unos Socialcomunistas que ven en ellos más a unas víctimas que a unos delincuentes. Sus gafas progres ven en ellos refugiados que huyen de guerras o miserias y son captados por supuestas mafias.

Cuando en realidad es gente que se está lucrando a costa de la salud pública, apalean a nuestros clientes para robarles su dinero creando mala fama al lugar y ganan bastante más dinero que cualquiera de nuestros pequeños comerciantes durante toda la temporada.

Además un dinero que disfrutan en invierno en sus países de origen, donde viven como reyes importándoles un carajo lo mucho que hayan degradado nuestro municipio.

Menos mal que los auténticos refugiados Ucranianos no han tomado ejemplo, supongo que es cuestión de costumbres y cultura.

En definitiva, esta gente ha encontrado un lugar y un ambiente ideal, donde gobiernan unos políticos más preocupados por el color de su piel y la procedencia de estos delincuentes, que del daño que están ocasionando a la población local con sus actividades delictivas que degradan nuestros barrios, atentan contra la salud pública, agreden y ahuyentan a los clientes de los bares y comercios y no aportan nada a nuestra sociedad.

Este problema no se resuelve con la pasividad y comprensión con la que se les ha tratado estos últimos 8 años, si no con otro gobierno que esté dispuesto a darles batalla y cuidar de nuestros barrios y de nuestra gente, algo que va a tener la oportunidad de cambiar la ciudadanía el 28 de mayo en las urnas.

Manuel Mas