Las bebidas energéticas no deben confundirse con refrescos
Las bebidas energéticas suelen contener una alta cantidad de cafeína, lo que las convierte en un estimulante potente. Abusar de ellas puede tener repercusiones tanto a nivel físico como psicológico. La reciente decisión de la Xunta de Galicia de prohibir la venta de estas bebidas a menores refleja la creciente preocupación por el consumo excesivo de estos productos entre adolescentes y jóvenes. Es esencial que se informen sobre los efectos de las bebidas energéticas, y un etiquetado adecuado desempeña un papel fundamental en esta tarea.
Un análisis reciente de OCU sobre bebidas energéticas ha revelado que, en muchos casos, una lata de estas bebidas excede la cantidad máxima diaria recomendada para un adolescente. Teóricamente, el consumo de cafeína no debería superar los 3 mg por kg de peso corporal. Hemos comprobado que una lata de 12 de las bebidas energéticas analizadas superaba la ingesta máxima recomendada para una persona de 50 kg de peso, como sería el caso de un adolescente.
Es importante tener precaución con el abuso de cafeína. En dosis moderadas, la cafeína puede tener beneficios, como aumentar el estado de alerta y reducir la somnolencia. Sin embargo, en exceso, estos beneficios se convierten en un riesgo real, pudiendo provocar ansiedad, trastornos del sueño y problemas cardiovasculares.
Además, muchas de estas bebidas contienen otras sustancias estimulantes como el gingsen, la glucoronolactona o la taurina, de la que se sabe que, consumida en exceso, puede causar temblores y dolor en el pecho.
El peligro de la «intoxicación consciente»
Según el informe Estudes sobre el consumo de alcohol y drogas entre los adolescentes españoles, un 45% de los adolescentes de entre 14 y 18 años consumieron bebidas energéticas en el último mes, siendo este porcentaje aún más elevado, alrededor del 51%, en el caso de los varones.
Además, se ha observado que un 16% de estos adolescentes las consumen en combinación con bebidas alcohólicas. Esta práctica es particularmente preocupante, ya que la mezcla de bebidas energéticas con alcohol puede resultar en un aumento significativo del consumo de alcohol. Esto se debe a que las bebidas energéticas reducen la sensación de somnolencia, lo que puede llevar a un estado de «ebriedad totalmente despierta,» aumentando los posibles riesgos para la salud.
Un mensaje claro
Las bebidas energéticas no son simplemente refrescos inocuos; son auténticas «bombas de cafeína» y esta realidad debería ser comunicada de manera más clara y directa.
En primer lugar, estas bebidas deberían estar claramente diferenciadas en los puntos de venta: no son bebidas cola convencionales, son productos distintos. Además, se debería establecer un límite claro: no se debe consumir más de 3 mg de cafeína por kg de peso corporal. Aunque las regulaciones obligan a que aparezca la leyenda «contenido elevado de cafeína» si una bebida contiene más de 150 mg/litro de cafeína, esta información no es lo suficientemente visible para el consumidor.
Por esta razón, desde OCU, solicitan que se establezcan requisitos para que estas advertencias sean claramente visibles en las etiquetas de las bebidas energéticas. Sería ideal que en el etiquetado se indique, en un mensaje visible (similar al utilizado en las cajetillas de tabaco, ocupando el 65% del espacio):
- Es un producto con contenido elevado en cafeína: Este mensaje, aunque ya es obligatorio, pasa desapercibido en la práctica.
- No debe ser consumido por niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni por personas sensibles.
- No debe ser consumido en combinación con alcohol.
Es fundamental que los consumidores estén plenamente informados sobre los riesgos asociados con estas bebidas energéticas y que esta información sea presentada de manera clara y destacada en el etiquetado.
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