La Piedra Oscura de Alberto Conejero: “Memoria, verdad y justicia”
El pasado jueves estuvimos debatiendo en el club de lectura que dirige Nati Villar, el libro del escritor Alberto Conejero, “La Piedra Oscura”; también tuvimos la suerte de debatir con él a través de una videoconferencia.
Os voy a poner la sinopsis:
“Una habitación de un hospital militar cerca de Santander; dos hombres que no se conocen y que están obligados a compartir las horas terribles de una cuenta atrás que quizá termine con la muerte de uno de ellos al amanecer. Un secreto envuelto en remordimientos y un nombre que resuena en las paredes de la habitación: Federico.
Queda tan sólo la custodia de unos documentos y manuscritos como último gesto de amor. Inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún (estudiante de Ingeniería de Minas, secretario de la Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas), La piedra oscura es una vibrante pieza sobre la memoria como espacio de justicia y también sobre la necesidad de redención. Un texto en el que se aúnan tensión dramática y pulso poético para levantar interrogantes sobre la naturalización de nuestro pasado más reciente y el destino de los olvidados en las cunetas de la Historia”.
Historia, realidad, poesía y una verdad, la que vivieron Rafael Rodríguez Rapún y Federico García Lorca
Pero este libro es mucho más. Es ante todo la mirada de dos víctimas de una guerra, una mirada homenaje a Federico y un deseo: redención, sanación y perdón. Una obra humana, y poética. La obra está inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún, secretario de la Barraca «y compañero de vida de Federico García Lorca, durante los tres últimos años de su vida.
A tener en cuenta el título de cada escena, con versos de Federico como los referidos a Poeta en Nueva York, o Sonetos del Amor Oscuro. Lo que le da elegancia, metáfora y mucha poesía a la obra teatral. Además con cada verso de inicio, da entrada a la escena correspondiente de manera objetiva y directa, como si el mismísimo poeta, fuera introduciéndonos en los hechos que van acontecer.
Hablando con el autor, el mismo título (La Piedra Oscura), responde a una obra desaparecida de García Lorca que inicialmente se llamaba La bola negra. En un texto lleno de ausencias, al elegir este título, nos dice el autor, «he querido reflejar la ausencia de una obra que ya no está», según el autor de una obra «dura pero que contiene un mandato de esperanza y confianza en el hombre». La bola negra, título de una obra que Lorca nunca llegó a escribir o se perdió pero de la que quedaron los personajes y unas primeras páginas, sirve para dar título a este montaje.
Encuentro entre Sebastián y Rafael
«Cuando un chico quería entrar en un casino se votaba si podía o no y cuando votaban que no podía entrar por homosexual se hacía con una bola negra. Tomé el título porque ya habla de una ausencia, de la obra que ya no está. Y el simbolismo de la piedra como la eternidad, la lápida y el paredón y del oscuro de ese amor que cuesta ser y ser nombrado». Y una ausencia más, la del gran poeta español.
En esta obra se encuentran cara a cara Sebastián y Rafael. Sebastián es un joven soldado del ejército nacional que tiene que vigilar a Rafael del ejército republicano hasta que sea fusilado. Entre ellos, tras los primeros recelos, se establece un diálogo poniendo en evidencia la crueldad de la guerra, la necesidad del perdón, esa palabra tan denostada, y tan vacía en los tiempos actuales, que sólo con esta mirada crítica del teatro podemos volver a percibirla.
Rafael necesita antes de morir fusilado, morir en paz, morir sin remordimiento, se siente culpable ante la muerte de Federico por haberle abandonado, y ese sentimiento le acompañará hasta la muerte. Le pide a Sebastián que guarde unos manuscritos del poeta que son letales para que la memoria no se pierda. Al final de la obra y gracias a Sebastián puede de alguna manera ponerse en Paz con su alma.
«Creo en la memoria colectiva»
Una obra que nos lleva a cuestionarnos temas y conceptos como el poder, la violencia, la homosexualidad. La importancia de no olvidar la verdad y la memoria. Ojo, la memoria que no es afín a ninguna ideología, ni a ninguna patria. Sobre este particular, Conejero afirma:
“No es una obra sobre la Guerra Civil, aunque evidentemente trascurre durante la Guerra Civil y no hay que ocultarlo. Es uno de los grandes sucesos históricos de nuestro país, está en nuestro presente y estará en nuestro futuro pero no es una obra revanchista ni de ajustar cuentas. Ese es el sentido último de La piedra oscura. Precisamente lo que cuenta es el encuentro de dos víctimas de los dos bandos enfrentados, y cómo la guerra todo lo destruye, también a los vencedores».
«Creo en la memoria colectiva. Me niego a pensar que la ciudadanía no pueda llegar a un mínimo de acuerdos sobre su pasado. El tener personas desparecidas en las cunetas es insoportable independientemente de quiénes sean. Sucede que son los que son, pero si fueran los otros diría lo mismo. Es insoportable vivir en un país con desaparecidos. Y esta obra nace de esa inquietud con mi presente y mi futuro».
Definitivamente ha sido una gran tarde y hablar de todo esto en un momento en que los extremos de nuevo nos tocan, nos hacen sufrir, y el teatro debe convertirse en un símbolo de crítica y justicia social.
Esto es el verdadero fin del teatro y su máxima expresión en un escenario.
La Piedra Oscura fue escrita en 2013, una obra de mucha actualidad por todo lo que encierra, y con los siguientes reconocimientos:
Estreno: Centro Dramático Nacional, 2015
Premio Max Mejor Autor Teatral
Premio Ceres
Premio Jose Estruch
Premio Andalucía Canal Sur
Programa de Dramaturgias Actuales INAEM
Publicación: Ediciones Antígona
Sobre Alberto Conejero:
Nacido en Jaén en 1978, es poeta y dramaturgo, poeta cuyas obras se han estrenado en Madrid, Buenos Aires, Londres, Montevideo, Moscú y Atenas. Licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y doctor en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense de Madrid, es actualmente profesor de dramaturgia en la ESAD de Valladolid.
Es también traductor y dramaturgo de clásicos griegos y romanos (Homero, Ovidio), pasando por el Siglo de Oro, sus contemporáneos (así, de Shakespeare, Macbeth y La Tempestad) y otros autores o síntesis escénicas más actuales, como el Retablo de peregrinos, montaje creado para Las huellas de La Barraca en 2010. Autor de Húngaros, Cliff, Ushuaia, La extraña muerte de una cupletista contada por su perro, La piedra oscura, Todas las noches de un día, La geometría del trigo, Los días de la nieve.
Su obra teatral comprendida en el periodo de 2010 a 2015 ha sido recogida en una antología que incluye una obra inédita titulada La melancolía de las jirafas. Ha hecho incursión también en la literatura para público juvenil con El libro loco del Quijote (2005) y El beso de Aquiles (2006). En 2016 publica su primer poemario Si descubres un incendio.
Premio a mejor creación original por La piedra oscura
En 2016 en los Premios Max de teatro ha sido distinguido con el premio a mejor creación original por La piedra oscura, obra con la que ya se viera galardonado en 2015 con el Premio Ceres y en 2016 el premio José Estruch, además ha ganado el III Certamen de Textos Teatrales de la AAT por Todas las noches de un día. En 2013 recibió el premio Ricardo López Aranda por su texto Ushuaia. En 2010 fue distinguido con el Premio Leopoldo Alas Mínguez de Literatura dramática por Cliff (acantilado). En 2000 recibió el Premio Nacional de Teatro Universitario por Húngaros.
En 2019 estrenó en el Teatro Español de Madrid El sueño de una vida, obra que completa la obra Comedia sin título que García Lorca dejó inconclusa. Es también traductor y dramaturgo de clásicos griegos y romanos (Homero, Ovidio), pasando por el Siglo de Oro (así, de Shakespeare, Macbeth y La Tempestad) y otros autores o síntesis escénicas más actuales, como el Retablo de peregrinos, montaje creado para Las huellas de La Barraca en 2010, a partir de textos de Lorca, Valle-Inclán y Jacinto Alonso Maluenda.
