El pasado lunes, día Internacional del Emigrante, tuve el honor de participar con una obra mía, “Bailes de Sudamérica”, en la muestra de arte que ha organizado el club cultural Flassaders, de la calle de la Ferrería, en Palma, una reunión de artistas, que intentamos compartir nuestro arte, visualizar con nuestra obra, las vivencias de quienes han decidido venir a vivir entre nosotros.

Francisca Sampol la nueva directora General de la Oficina para la Interculturalidad del Ayuntamiento de Palma, nos cuenta que, en Baleares, tenemos más de ciento cincuenta nacionalidades diferentes de migrantes y que su labor y la de su equipo, es la de procurar una integración humana, facilitar tramites y procurar aliviar, en lo posible, las dificultades que puedan tener. Los palmesanos podemos estar orgullosos por contar con esta mujer, capacidad y trabajo, no le falta…

En el club, mi buena amiga, la pintora Ada Martínez, me presenta a una mujer extraordinaria, Isabel Oviedo, ella también fue migrante, y ha sabido integrarse perfectamente en nuestra sociedad, suya es la magnifica idea de la “Nit del Art” de Palma, hoy todo un referente artístico internacional… actualmente Francisca Sampol dirige el Club Flassader, en un espléndido edificio, cedido por el Ayuntamiento de Palma, donde organiza exposiciones, conferencia, tertulias, ayudas a recién llegados, asesora a los que carecen de papeles, a los que por desgracia han tenido que abandonar sus hogares por causa de la guerra, Ucrania, etc.. otra gran mujer coraje y un referente para muchos.

La migración, una pandemia social

El fenómeno de la migración, esa pandemia social que nos obliga a dejar nuestro hogar, nuestra lengua, nuestra cultural, un castigo bíblico, recordemos que nuestros primeros padres ya fueron expulsados de su hogar, el paraíso… hoy se ha convertido en una de las mayores catástrofes humanitarias del mundo, más de cuatro millones de personas viven en condiciones inhumanas. Por eso, cualquier ayuda que podamos prestarles siempre es bienvenida, realmente, y a nivel local, es un orgullo que nuestro Ayuntamiento se haya volcado en este tipo de empresas.

En cuanto a migración podemos distinguir claramente, tres causas principales, la guerra, el hambre, o la ideología. En España y en Mallorca, hemos vivido las tres, vivimos la de la invasión musulmana en el siglo X, algunos de nuestros antepasados emigraron a la Península, los que quedaron tuvieron que aceptar el dominio del invasor, después vivimos la de los Reyes Católicos, la expulsión de los gitanos y judíos, en la guerra civil española muchos se marcharon para salvar sus vidas, después en la posguerra el hambre nos llevó a otros países, principalmente Sudamérica, y actualmente tenemos otra migración, la silenciosa, la que no existe, una conjura política que nos obliga por ley a renunciar a nuestra lengua y a nuestra cultura, la más terrible de todas las migraciones, la anulación de la personalidad de un pueblo.

Hace unos cuantos años, nuestros políticos decidieron emprender una operación de limpieza étnica, denominada “normalización lingüística”, que lo que pretende es acabar​ con el idioma balear y su cultura, una forma de migración, para homologarnos lingüística e ideológicamente con el movimiento independentista de Cataluña, el propósito es muy claro e inequívoco, facilitar nuestra incorporación a los pretendidos países catalanes, para cuando Cataluña se separe de España, en ese hipotético momento, las islas baleares estarán preparadas para unirse, ya los antiguos habitantes, su lengua y su cultura no existirá, habrán sido sustituidos; ese es, sin duda, el propósito último de cualquier guerra, sustituir una población por otra, en este caso, no hay guerra, pero la finalidad es la misma.

Conservación del patrimonio lingüístico del pueblo balear

No es pues de extrañar, que instituciones como La Real Academia de la Lengua Balear (Real en trámite) o la Fundación Jaume III, con cientos de migrantes mallorquines asociados, que se dedican a la conservación del patrimonio lingüístico del pueblo balear, tengan que malvivir en locales de alquiler, con apenas recursos, en el fondo, prohibiciones por negación de medios, o que estén prohibidas publicaciones en lengua vernácula, lo que impide cualquier atisbo de proyección nacional o internacional, o que simplemente se ignore y se niegue una realidad lingüística y cultural, que existe y es conocida, sin ninguna duda, ni siquiera a razonable, lo que convierte, de hecho, en apátridas, sin lengua y sin cultura a muchos ciudadanos nacidos en las islas baleares, obligados por ley a aprender la lengua de otro pueblo, a convertirse en migrantes en su propia patria.

La ayuda a nuestros queridos migrantes, poner a su disposición locales y una ayuda institucional y financiera es fundamental y un paso de gigantes para la integración, el negar lo mismo a los propios, tampoco cuesta tanto, por motivos políticos es sin duda un error y un acto lamentable de dictatura.

¡Y llegó la Navidad! Os deseo a todos que paséis unas felices fiestas en compañía de vuestros familiares y amigos, y que el próximo año sea de ventura y salud para todos, especialmente a nuestro querido director general, Francisco José Castillo, que te mejores amigo.

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