Bienvenido y muchas gracias por la oportunidad que me das para esta entrevista.

Escritor: Manuel Montoro Rodrigo

Libros: Violetes a l’hora de sopar (Dentro del mismo, “Operación Ganimedes”; “Coronella de bambú ”; “La filla del tinent de Vaixell”; “Tàlem de pètals”; “ La flor del safrà” (Dentro del mismo, “ L’anell de Bronzo”; La rebel·lió de les imatges”)

¿Quién es en realidad?

Manuel Montoro Rodrigo Un amante fiel de la vida en todas sus cualidades con muchos caminos por los que divagar, eso hace que deseche algún intento a la desidia o el aburrimiento. Luchador nato, como dice el dicho “si cien veces me he caído, cien veces me he levantado». Aunque odiar no esta en mis genes; pero odio las injusticias, los abusos de poder, los que emplean el poder para hacer daño. Aprecio a los listos, que de algo positivo se aprende; pero no de los listillos que quieren hacerse indulgentes a base de las mentiras. Adoro a los inteligentes que con sus acciones y actitudes hacen mejorar la vida de los demás. Odio la muerte, la traición y la hipocresía. Aparto a la gente tóxica, porque solo hay una vida y no hay que malgastarla despejando malas acciones, mentiras y mala sangre, a la vida hay que amarla como la mejor amante que no te traiciona, no te pone la zancadilla y te eleva al séptimo cielo. Aprecio una buena amistad que esté en los malos y buenos momentos sin pedir nada a cambio, que es acción reciproca. Amo la justicia real, verídica. De las injusticias soy guerrero, combatiente, justiciero y verdugo sin piedad alguna, sin ejecutar agresividad alguna, aunque haya alguien que por ese instinto crea que soy una persona vengativa. Procurando mantener los pies en la tierra, y no dejar que se deteriore por ello mi alma de poeta. Tengo alma de niño y aunque sea del horóscopo chino, gato, no araño y doy sin temor a equivocarme el más límpido cariño. Soy extremadamente fiel a la palabra dada que se defiende en cuerpo y alma. Doto a mi lengua en profundidad el ser “un domador de palabras”.

Aparte de escribir ¿Cuáles son tus pasiones?

Hubo un tiempo de predilección por la música. En ese tiempo tuve opción de montar un conjunto musical con compañeros de trabajo, llegando a ahorrar dinero de pequeñas chapuzas para comprar una batería Ludwig, a lo Ringo Star; pero como lo ahorrado no llegaba para ese instrumento compré unos timbales. Ensayando mucho incluso fuimos a hacer serenatas el día de las vírgenes. Luego me aficioné a la astrología, terapias naturales, el excursionismo, el cine y el teatro. Apasionado de la ufología.

¿Qué estudiaste?

Aparte de la enseñanza primaria ─a mi madre le hubiera gustado que estudiara derecho para ser un buen abogado ─pero lo que yo quería era escribir. Entonces la vida me llevó a estudiar electrotecnia, electrónica industrial y telefonía.

¿Recuerdas el primer libro que leíste?

Aparte del libro escolar del tercer grado, libro de Álvarez ─libro que todavía está en el mercado, libro muy completo en muchas áreas─ . Un gran libro fue el que compré con mi primer salario; una antología poética compuesta por poetas españoles, mejicanos y otros europeos y sudamericanos. Libro que guardo a pesar del tiempo, con mucho cariño.

¿Cómo empezaste a escribir?

Me entró el gusanillo al hacer una excursión con los miembros del colegio en autobús, regalo que hicieron al alumnado. Entonces se me encargó que hiciera un relato de como había transcurrido la excursión. Tal fue el agrado del texto escrito que, me alentaron a seguir escribiendo mis profesores; Pedro Deyà ─articulista del extinto “Diario Baleares” y Gaspar Sabater ─articulista del” Diario de Mallorca” Profesores de la escuela Aneja ─Centro educativo donde formaban a profesores─ De ese centro salió el escritor Gabriel Janer Manila.

¿De dónde viene tu afición a la literatura?

En principio como dije anteriormente, por esa antología poética, que abrió los poros de mi mente a gobernar y expresar sentimientos, lectura de libros de personas que expresaban su vida ─diarios personales, enseñanzas de historias vividas─ contados sin tapujos ni ambages en el transcurso de mi vida, fuera real o ficción sin que por ello dañara a nadie, todo lo contrario.

¿Qué género literario escribes y qué otro género te gustaría escribir?

Empecé escribiendo poesía y me ha dado muchas satisfacciones escribirlas o dedicarlas, con sentimientos encontrados. Seguidamente me fui a escribir teatro y tuve el gran placer de que, no sólo se leía los textos que escribía, sino que, se llenaban las salas hasta el palo de la bandera ─por así decirlo─ y saborear de primera mano, las risas, los aplausos y los comentarios vertidos al final de cada actuación escénica. Seguidamente, relatos cortos y me abrí de mente y corazón en escribir novela, pensaba que no pasaría de la página veinte y cuando me percaté de donde me encontraba transitaba por el folio doscientos treinta. Comprendí desde ese instante que, podía escribir historias de gran calado, sin miedo a tener de frente la tediosa página en blanco y temer por lo que ello conlleva.

He escrito novela negra ya que me gustaría profundizar en el género, hay muchas cosas que contar, desmontar mitos, denunciar hechos punibles. Me gustaría continuar con lo experimentado en la novela histórica, romántica o erótica. Lo que si sé y puedo decir es que no escribiré novelas de terror o pánico, porque puedo ser muy malo o bueno y prefiero levantar pasiones o libidos, pero nunca terror o insomnios. Respeto a Stephen King y las urticarias que produce su payaso. Hay gente que les gusta como todo en botica. Siempre me han sorprendido autores que leen cuarenta libros para escribir uno, ese no es mi talante.

¿Planificas las historias al detalle antes de escribirlas o las dejas surgir sobre la marcha?

No me gusta planificar mis trabajos, en definitiva mis historias, sino reordenar mis ideas y darles suma consistencia como si tuvieran vida propia, para que puedan dar sabor en su lectura. Planificar me resulta ser una faena insulsa y dejo trabajar la mente a su libre albedrio.

¿Elegiste tú la editorial o ella a ti?

De las tres editoriales con las que he publicado las he elegido yo y ellos aceptaron mis textos literarios no sin antes pasar por un equipo de lectura de la editorial para valorar contenidos, no sin antes divagar por otras editoriales presentando los originales con parco éxito. Presentando originales al premio “La sonrisa vertical”. Sólo una editorial me pidió texto inédito original al ver uno de mis poemas dedicado a la mujer maltratada en internet; pero rechacé las condiciones.

¿Cómo te haces notar hoy en un mundo editorial tan sobresaturado?

No hago nada en concreto, sino escribir textos de calidad, según mi criterio y por lo acontecido creo haberlo conseguido, ya que han aceptado y elogiados los escritos presentados. He indagado, he hecho presencia y se me ha dado. Normalmente, soy yo quien ha buscado la editorial, que mejor opción ofrece en contrato y sea mínimamente fiable. Hay editoriales que piden textos para publicar; pero leo las ofertas que, si parecen ser dudosas, las descarto.

¿Tienes algún autor favorito, alguien a quien tengas como referente?

No tengo un autor especialmente favorito, aunque sí en estima y admiración- No me decanto por favoritos y seguir toda su publicación para no caer en esa primera que dice: “dime a quién lees y te diré cómo escribes”. Por eso huyo de encasillarme en la lectura de algunos autores, aunque lea sus textos para nutrirme de su sapiencia. He leído a Fernando Sánchez Dragó, Gustavo Adolfo Bécquer, José de Espronceda, Vladimir Nabokov, Víctor Hugo, Miguel Delibes Setién, Noel Clarasó, Isabel Allende, Rosalía de Castro, Virginia Woolf ─su verdadero nombre, Adeline Virginia Stephan─ etc. No por ese estricto orden. He leído otros tantos variados, en donde se aprende vivencias no copiables. Cabe decir que me agradó leer a Fernando Sánchez Dragó, su libro autobiográfico, final novelado, premio Fernando Lara, titulado “Muertes paralelas” en que narraba como su padre fue muerto por torturas bajo la mano de Billy el niño, en la era de la dictadura, contado por él. Aprendí de su vida, el dolor que se pasó en la dictadura. Emocionado ante la biografía de Virginia Woolf sin comprender porque llega una persona al suicidio. También emocionado con la poeta Sylvia Plath. Su biografía hizo erizarme la piel. Y otros tantos y tantos que han alimentado mi existencia.

¿Qué consejo darías a nuestros lectores que sueñan con ser escritores?

El mejor consejo, según mi criterio es: escribir todo aquello que libere la mente y que deseas despejarla escribiendo. Escribir todo aquello que él/ella crea que es interesante de ser leído. No de todos es el gustar todos los escritos; pero siempre habrá alguien que agradecerá aquello que se manifiesta. Es escribir sin caer en el pesimismo, que no sepas que te deparará la vida. Es escribir a pesar de los ratos de soledad ─que nos caracteriza─ o la tediosa lucha con la página en blanco, entrometida página en blanco. Luchar sin dilación por tener a la luz del mundo un carisma propio sin encasillarse por una lectura unísona de tu autor favorito. Como ya he dicho alguna vez, sin desmerecer a nadie, por supuesto a ninguno de ellos: “mi mejor amigo es mi pluma”.

Como todo es practicar sin medida ni folios a los que sacrificar. Muchos son los que al escribir, dudosamente tiran sus escritos a la papelera. Ese acto indigno también lo he ejecutado: craso error, desechaba escritos pensando que los nuevos eran mejores. Es mejor guardar los escritos que parecen no tener fuelle en un cajón para una revisión tardía. Ahora los conservo todos para darles una nueva vida.

¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido hasta el momento con un lector?

Haciendo un poco de márquetin personal, siempre en los lugares en los que he ido a ejercer mi profesión y han sido personas a las que he ejecutado algunos de mis trabajos duraderos en el tiempo y de conversación en conversación llegué publicitando mis libros. Fue de casualidad que fuera a trabajar a un domicilio para instalar una línea telefónica con intención de llevar el internet a una maestra de escuela y tras hablarle de mi libro “Violetes a l ́hora de sopar”, me solicita en dónde lo puede encontrar. La orienté hacía “El Corte Inglés”. Allá se fue dejándome, montando la línea telefónica, en compañía de su hija- De vuelta a casa, me comenta sorprendida y eufórica: ─ ¡Ya lo tengo! Le he pedido el libro a la dependienta y me da una explicación bastante explicativa sin pedírselo: ─Es pequeño, muy bueno tiene muy buen precio ─ ¡No me cuente más! Sea como sea lo quiero. Además, el autor es mi técnico y ahora está en mi casa trabajando. Al no terminar el trabajo, fui al día siguiente para continuar, nada más entrar se me aproxima: ── ¡He disfrutado mucho con su lectura, es muy bueno! La hija me sorprendió mucho más. ──Escribiendo se parece mucho, con esa ironía, a Quim Monzó. Fue una sorpresa mayúscula, ya que, pues a Quim Monzó no lo había leído como seguidor, lo leí una vez en el País Dominical, revista complementaría del diario. Leí a ese carismático articulista mucho después de escribir este libro. Ha habido otros lectores con opiniones interesantes, pero esta me ha parecido digna de mencionar. Esta anécdota me ha parecido agradable y muy agradecida que pueda suscitar esta opinión.

¿Cuánto tiempo dedicas a escribir?

No tengo un tiempo estimado o cronometrado, primero analizo y ordeno mis apuntes de investigación, para luego escribir libre y tranquilamente sin presiones por escribir y obtener resultados. Escribo a veces a partir de las once de la noche, aunque también lo he hecho durante el día. Dependiendo del tiempo libre. Llegando a escribir o teclear hasta rellenar cuatro folios, llegando en esa tarea hasta bien entrada la madrugada y molesto por no continuar incluso teniendo el texto en un punto interesante. Yendo en coche he parado en el arcén al sobrevenirme una idea y poder transcribirla, por eso siempre llevo encima un lápiz, un folio, una libreta, papel, en donde tomar anotaciones, lo hago desde que una idea de gran calidad se difuminara al no poder transcribirla en el momento.

¿Eres sensible a la crítica literaria?

No tengo un caparazón encima para que las críticas me patinen. Yo creo que, no hay nadie quien haga caso omiso a las críticas ya sea de bonanza o negativa. De todo ello se aprende, de las constructivas, las halagadoras, las destructivas sin contemplación, las de envidia pegajosa, las que no dicen nada o las que no se entienden qué critican y las que vuelan creando plagio. Estoy abierto a la razón de los lectores sea cual sea su crítica. Sólo he tenido una crítica negativa por un error de transcripciones.

¿Algún otro proyecto en preparación?

A decir verdad, tengo varios, que los quiero poner en orden. Están en lista de espera. El primero, que como se dice se está cociendo y camino del punto de salida. Se trata de un libro, que antes de ver la luz, ya genera emociones. Está a la espera de ver la claridad de la luz. La otra una obra de tetro, con tertulia, cena interesante incluida en un lugar mítico, sólo falta recabar términos.

Muchas gracias por esta entrevista.

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