El COPIB apuesta por promover acciones comunitarias que favorezcan la cohesión social para prevenir el suicidio
Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio este domingo 10 septiembre, el Col·legi Oficial de Psicología de les Illes (COPIB) defiende la necesidad de promover más acciones comunitarias que favorezcan las relaciones interpersonales y una mayor cohesión social, como medida protectora para prevenir el suicidio y hacer frente de manera colectiva al desafío que representa reducir las muertes relacionadas con este grave problema de salud pública.
Plan nacional de prevención
El Estado carece todavía de un plan nacional de prevención, a pesar de que los datos provisionales publicados por el INE el pasado mes de junio indicaban que 4.097 personas murieron por suicidio en España en 2022, un 2,3% más que las defunciones registradas por la misma causa en 2021, sin considerar los casos relacionados con intentos de suicidio e ideación suicida.
Otro dato importante es que 84 de estas personas eran menores de 20 años, cuando en 2021 habían sido 75.
Aumento del número de intentos de suicidio
En Baleares, en lo que llevamos de año, el Grupo de Intervención Psicológica de Emergencias, Crisis y Catástrofes (GIPEC IB) ha sido activado por el Servicio de Emergencias 112 para atender 50 casos relacionados con conducta suicida: 41 fueron fallecimientos (15 mujeres y 26 hombres) y 9 intentos (3 mujeres y 6 hombres). Por islas, Mallorca concentra el mayor número de activaciones del servicio por este motivo con 42 intervenciones, seguido de Ibiza, 5; Menorca, 2 y Formentera 1.
A la espera de datos oficiales para la comunidad autónoma, las informaciones referidas por responsables de la administración, entidades que trabajan en la prevención de la conducta suicida y atención al suicidio observan, además, un aumento del número de intentos de suicidio de entre el 27% y el 30% en el colectivo infantojuvenil y de un 40% en personas adultas.
Profesional de la psicología educativa
La experiencia de las/los profesionales de la Psicología del GIPEC IB confirma que, aunque las mayores tasas de fallecimiento por suicidio se dan entre los varones de edad adulta, crecen los casos relacionados con intentos e ideación suicida en la población infantojuvenil.
“Es indispensable visibilizar la realidad del suicidio especialmente en el entorno educativo. La escuela juega un papel clave en la prevención y detección temprana de la conducta suicida y el profesional de la psicología educativa puede ofrecer ese respaldo al alumnado, a las familias y especialmente a los profesionales del entorno educativo formándolos para prevenir, detectar e intervenir cuando sea necesario; ofreciéndoles estrategias de acompañamiento y dándoles a conocer los recursos disponibles para derivar aquellos casos que lo precisen”, apuntan desde el COPIB.
Prevención del suicidio
Y es que “la prevención del suicidio no es un problema exclusivo de la salud mental, ni del ámbito sanitario, es un trabajo que compete a toda la ciudadanía. Necesitamos una sociedad más comprometida y empática, que preste especial atención a las relaciones sociales, lejos de la pantalla de un móvil”, inciden desde el COPIB. Se trata de avanzar en estrategias sociales relacionadas con lo comunitario, que favorezcan espacios donde relacionarse y compartir actividades que pueden ayudar a que muchas personas dejen de sentirse solas.
“El aislamiento, el tabú y el silencio desactivan las redes de apoyo para que la persona que está pensando en quitarse la vida reciba una atención adecuada”, señalan.
Por eso, las acciones individuales que todos podamos llevar a cabo en nuestro entorno también son importantes para prevenir el suicidio de nuestros familiares, amigos, vecinos y conocidos.
Escucha activa y la empatía
“Practicar la escucha activa y la empatía, no restar importancia a los problemas de quienes nos rodean; prestar atención y hablar con las personas mayores que viven solas en nuestra escalera o próximas a nosotros son pequeños gestos que pueden llevar esperanza a la persona que está pensando en quitarse la vida y hacerle ver que existe una alternativa al suicidio”, recomiendan.
Desde el COPIB reconocen, que, aunque la comunidad autónoma ha dado pasos importantes para abordar la problemática del suicidio, todavía hay que seguir trabajando. Por eso, demanda a las administraciones competentes mejorar los recursos sanitarios que se destinan y reforzar con más profesionales de la psicología todos los dispositivos asistenciales: unidades de atención y prevención del suicidio, las propias Unidades de Salud Mental, equipos de urgencias, así como programas específicos de detección precoz y atención a personas con problemas de salud mental y colectivos vulnerables con riesgo de conducta autolítica en Baleares.
Asimismo, destacan la importancia de incorporar servicios de atención psicológica en la Atención Primaria como medida preventiva y de detección precoz de las personas más vulnerables con riesgo de conducta suicida.
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