Sanar las heridas en Haití en medio de la violencia sexual

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ONU/Daniel Dickinson Claudine mira a través del valle desde la Casa Rapha.

Claudine* contempla un amplio valle en lo alto de la capital haitiana, Port-au-Prince: la exuberancia de la vegetación tropical, el aire fresco y las nubes bajas contrastan con el polvo acumulado que se ve a contraluz y los calurosos y sofocantes callejones de Petionville, más abajo en el valle, donde hace cuatro años ella fue víctima de un abuso sexual, que cambió su vida.

“En ese tiempo, tenía 16 años y vivía con mi prima y su esposo”, dijo. “Cuidé de sus hijos, como si fueran míos”. Claudine debería haber estado en la escuela, pero después de la muerte de su madre y su abuela, no tuvo otra opción que convertirse en empleada doméstica en la casa de su prima. Fue allí donde fue agredida sexualmente por el marido de su prima.

“No sabía qué hacer, pero un amigo denunció el incidente a la policía. No se hizo nada para encontrar al hombre”, recuerda.

Un año después del nacimiento de su hija, Claudine fue llevada a un refugio para menores abusados, muchos de los cuales, como ella, cuidaban recién nacidos. El refugio, donde ella vive desde hace tres años, está gestionado por Rapha House, una organización internacional comprometida con acabar con el tráfico y la explotación sexual de niños.

“Muchas de las jóvenes aquí son víctimas de la pobreza extrema y la inseguridad, al grado que la falta de servicios básicos y oportunidades a las que tienen acceso las hace vulnerables a los abusos”, dijo Nahomy Augustin, coordinadora de proyectos de la ONG en Haití.

El refugio, el cual está ubicado en un edificio intencionalmente discreto, en un vecindario tranquilo sobre Port-au-Prince, apoya a las mujeres jóvenes en la recuperación de sus experiencias traumáticas.

“Adoptamos un enfoque holístico y brindamos una variedad de servicios, que incluye atención médica y psicológica, alojamiento y asesoramiento legal, así como también mediación familiar”, explica.

El objetivo es ayudar a cada mujer joven a regresar con su familia dentro de un año, siempre y cuando sea seguro, pero muchas, como Claudine, se quedan más tiempo. El refugio actualmente, puede albergar a 24 mujeres jóvenes y a sus bebés, pero se está construyendo un nuevo centro que puede brindar atención hasta 80 personas.

La Iniciativa Spotlight , en asociación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), está apoyando este y otros refugios para mujeres en Haití.

Geraldine Alferis es experta en violencia de género en UNICEF y señala que “Haití, y especialmente la capital Port-au-Prrince, está experimentando un aumento de la violencia en las pandillas. Miles de niñas y mujeres están siendo desplazadas, lo que las hacen muy vulnerables al abuso”.

En julio, las Naciones Unidas dijeron que las pandillas rivales en el barrio Cite Soleil de Port-au-Prince estaban adoptando el “uso sistemático de la violación contra mujeres y niñas como arma de guerra”.

“La violación en grupo es un hecho especialmente trágico, por lo que trabajamos para garantizar que los sobrevivientes reciban la ayuda que necesitan”, dijo Alferis.

La Iniciativa Spotlight en Haití se enfoca en poner fin a la violencia doméstica, la violación, el incesto, el acoso sexual, la violencia física y psicológica, así como otras restricciones a las libertades y los derechos de las mujeres y las niñas. También tiene como objetivo brindar atención holística a las mujeres y niñas sobrevivientes de la violencia.

En una visita al refugio, la máxima representante de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, dijo que “fue escalofriante escuchar las historias de estas jóvenes y niñas” y agregó que, no obstante, hay esperanza, gracias a los servicios a los que tienen acceso.

“Estoy orgullosa de la Iniciativa Spotlight y de la asistencia tan necesaria que brinda junto con nuestros socios actuales, pero lo que escuché en esta visita es un claro recordatorio de la urgencia de abordar las causas profundas de la violencia sexual”, agregó.

En el refugio sobre Port-au-Prince, las sobrevivientes como Claudine pueden estudiar, tomando las clases a las que muchas no pudieron asistir cuando eran más jóvenes. También pueden acudir a clases prácticas para aprender habilidades como coser o hacer jabón, lo que les permite ganar una pequeña cantidad de dinero, un primer paso importante hacia la construcción de su independencia.

“Ir a la escuela es muy importante”, dijo Claudine. “Si estás trabajando para una familia como lo hice yo, no basta con recibir comida y tener una cama. Debes tener la oportunidad de estudiar y hacer una vida por ti mismo”.

El 25 de noviembre se puso en marcha una campaña internacional anual que pide la prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas. Los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género comienzan el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y se extienden hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.

*Nombre ficticio para preservar su intimidad y la seguridad.

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REDACCIÓN

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