Residentes sin opción a vivienda: Manifestación multitudinaria en Mallorca contra el turismo masivo

Este sábado, la ciudad de Palma fue testigo de una manifestación multitudinaria bajo el lema «Mallorca no es ven» (Mallorca no se vende). Convocada por el Banc del Temps de Sencelles y respaldada por una amplia gama de asociaciones y plataformas, la protesta reunió a miles de ciudadanos preocupados por el impacto del turismo masivo en la isla y la creciente dificultad para acceder a una vivienda digna.

La paradoja del turismo

Durante años, la economía balear ha dependido en gran medida del turismo, con un discurso promovido por poderes políticos y económicos que aseguraba que la isla no podía subsistir sin este sector. Sin embargo, el crecimiento desmedido del turismo ha generado una serie de problemas para los residentes locales, que enfrentan precios prohibitivos de la vivienda y una calidad de vida comprometida.

La manifestación: una jornada de reivindicación

La concentración comenzó a las 19:00 horas entre la Plaça d’Espanya y el Parc de les Estacions. Animados por el ritmo de la batucada, personas de todas las edades se congregaron vistiendo camisetas negras y otras con el lema de la protesta. Pancartas gigantes con lemas como “Mallorca no es ven” y “Si ens neguen el sostre, ens neguen el futur. Dret a un habitatge digne” (Si nos niegan el techo, nos niegan el futuro. Derecho a una vivienda digna) encabezaron la marcha.

Un recorrido simbólico

El recorrido de la manifestación siguió por Avingudes, Via Alemanya, Rambla, Unió y culminó en el Passeig del Born, donde se leyó un manifiesto. Aunque la ruta no tenía un simbolismo especial, finalizar en el Born evocó simpatía entre los manifestantes, recordando anteriores protestas importantes.

Voces de la protesta

Sobre una tarima, los organizadores leyeron un manifiesto que destacó la difícil situación de muchos residentes obligados a abandonar sus hogares por los altos costos. «Mallorca se está convirtiendo en un gran resort de lujo con intereses puramente económicos que arrasan con todo lo que somos. Necesitamos un turismo controlado que no condicione toda nuestra vida y el acceso a la vivienda es el primer paso», expresaron.

Demandas claras

Las demandas de los manifestantes incluyeron declarar la situación de emergencia habitacional, regular los precios del alquiler adaptando la ley estatal a la idiosincrasia insular, impulsar ayudas para rehabilitar viviendas, realojar a personas desahuciadas y limitar la compra de viviendas por extranjeros hasta que residan al menos cinco años en Baleares.

Mensajes contundentes

Los carteles reflejaban la frustración y el anhelo de los residentes: “Quiero vivir aquí”, “Sin techo no hay futuro”, “Se vende, pero no lo puedo pagar”, “No es turismofobia, es mallorcacidio” y “Rebeldes sin casa” fueron algunos de los mensajes más destacados.

Una acción con repercusión

El Banc del Temps de Sencelles, cuyo vídeo inicial sobre la crisis de vivienda en su localidad desató la movilización, se mostró satisfecho con la respuesta. Carme Reynés y Javier Barbero, portavoces de la asociación, señalaron: “Esto nos ha servido como ánimo para participar en la primera acción de protesta para reclamar el derecho a la vivienda e instar a los responsables políticos a que apliquen las medidas necesarias para que los residentes podamos vivir en Mallorca como merecemos”.

Aunque esta manifestación es solo el inicio, los organizadores y participantes están decididos a continuar la lucha. “La vida nos va en ello”, concluyeron, llamando a la población a seguir organizándose y llevando a cabo más acciones para asegurar una vida digna en Mallorca.

La manifestación, que reunió a cientos de personas en el centro de Palma, destacó por su carácter pacífico pero firme. Las calles se llenaron de pancartas y consignas que exigían mejoras en las condiciones de vida, acceso a viviendas asequibles, y mayor apoyo a los servicios públicos. Los participantes, provenientes de diversos sectores de la sociedad mallorquina, expresaron su descontento con las políticas actuales y la creciente desigualdad en la isla.

A medida que la tarde avanzaba, la energía de la multitud no disminuía. Los organizadores tomaron el micrófono para reiterar la importancia de mantener la presión sobre las autoridades y no dejar que la movilización se desvanezca. «Esto es solo el comienzo», afirmaron. «Tenemos que mantenernos unidos y seguir luchando por nuestros derechos. No podemos bajar los brazos ahora».

Con esta manifestación, los residentes de Mallorca han dado un paso importante en la defensa de sus derechos y han dejado claro que no se rendirán hasta lograr los cambios necesarios. La esperanza es que, con la determinación y la unidad mostrada, se pueda construir una sociedad más justa y equitativa para todos.