Marruecos y España deben investigar la muerte de los migrantes que intentaban cruzar a Melilla
“Estamos profundamente preocupados por la muerte de al menos 23 migrantes africanos y las heridas de unos 76 más cuando intentaban cruzar de Marruecos a España el 24 de junio”, dijo este martes la portavoz de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En conferencia de prensa en Ginebra, Ravina Shamdasani habló del incidente que con el número más alto de víctimas fatales ocurrido en muchos años en cualquiera de los dos enclaves españoles en Marruecos.
La tragedia sucedió cuando un grupo de personas africanas trataban de escalar la cerca de alambre que marca el límite de Melilla en Marruecos, con la intención de llegar a Europa.
Shamdasani indicó que la Oficina ha recibido informes de migrantes golpeados con porras, que también fueron pateados, empujados y atacados con piedras por funcionarios marroquíes mientras subían la cerca de alambre de púas de entre seis y diez metros de altura.
Según dichas informaciones, 140 guardias fronterizos marroquíes también sufrieron lesiones.
“Llamamos a los dos países a emprender una investigación efectiva e independiente como primer paso para establecer las circunstancias de las muertes y lesiones, las posibles responsabilidades y garantizar la rendición de cuentas, según corresponda”, puntualizó la portavoz.
La Oficina también instó a Marruecos y a España a respetar los derechos humanos de los migrantes en su frontera común y a asegurarse de que sus agentes fronterizos “se abstengan de cualquier uso excesivo de la fuerza” contra esas personas.
Del mismo modo, consideró que tanto esos países como la Unión Europea, la Unión Africana y otros actores internacionales y regionales relevantes, deben garantizar la implementación de medidas de gobernanza fronteriza basadas en los derechos humanos.
Esas medidas, abundó la portavoz, incluirían el acceso a vías migratorias seguras, a evaluaciones individualizadas y a protección contra expulsiones colectivas y devolución, así como contra arrestos y detenciones arbitrarias.
El Comité de Trabajadores Migrantes de la ONU se sumó a la Oficina de la Alta Comisionada en su petición a Marruecos, España y los demás Estados de la Unión Europea de que amplíen la disponibilidad de vías para una migración segura y ordenada, y que tomen medidas para garantizar y respetar el derecho a buscar y recibir asilo.
Los migrantes muertos y heridos, apuntó el Comité, “pretendían cruzar la frontera en busca de una vida mejor basada en sus legítimos derechos humanos”.
Agregó que aún está por determinarse si las víctimas perecieron al caer de la valla, en una estampida o como resultado de alguna acción de los agentes de control fronterizo, por lo que exhortaron a los dos países a llevar a cabo investigaciones inmediatas y exhaustivas y a hacer que los responsables rindan cuentas.
El Comité pugnó, asimismo por que se garantice el acceso a la justicia de las víctimas y sus familias. “Las autoridades también deben proporcionar una reparación completa por las violaciones de derechos humanos, incluidas las violaciones del principio de no devolución”.
Añadió que el gobierno marroquí tiene la obligación de preservar los cuerpos de los fallecidos, identificarlos, informar a sus familias y brindar el apoyo necesario para el traslado de los cadáveres. En cuanto a los heridos, afirmó que se les debe brindar la atención médica que precisen.
Los expertos independientes que integran el Comité deploraron las violaciones del derecho a la vida consagrado en la Convención Internacional sobre Trabajadores Migratorios y recordaron a todos los Estados que las personas migrantes no deben ser sometidas a ningún trato cruel, inhumano o degradante.
Los Estados deben garantizar que todas las políticas y prácticas en sus fronteras respeten a cabalidad todas las obligaciones marcadas en las leyes de derechos humanos, “asegurando el derecho a la vida, la dignidad, la seguridad y la integridad física de los migrantes en todas las circunstancias”, puntualizaron.
Para concluir, el Comité apeló a la comunidad internacional y a los Estados a garantizar que no vuelvan a ocurrir eventos semejantes y conminó a todos los gobiernos interesados de los países de acogida y de tránsito a ofrecer a los migrantes “seguridad, dignidad y humanidad, de conformidad con sus obligaciones internacionales”.
