El 3 de Mayo de este mismo año se cumplirán otros 215, desde que un pelotón de mosqueteros franceses asesinaron a unos madrileños en la Moncloa. En 1814 Don Francisco de Goya y Lucientes. Por la merced de sus pinceles dejó plasmado en un lienzo todo el horror de quienes fueron sometidos a tamaña brutalidad.

Era una época convulsa en la que un Putin cualquiera de los últimos años llamado Napoleón Bonaparte, hizo de la conquista un argumento para justificar la guerra. Así se llegó a enfrentarse con su vecina España. En donde se puso de manifiesto aquella premisa que ganar batallas, no significa que lo vaya a conseguir también con la guerra.

Yo mismo soy un decidido defensor de la teoría de que los sucesos que conforman las páginas de la historia en el computo de unos años, llega allá donde las manecillas del tiempo, los granitos de arena, los hierros y el sol son capaces de poner punto final a una fase muy determinada. Y entonces vuelven las manecillas de hoy a iniciar una nueva etapa, en donde todo lo que sucede se parece mucho a unos acontecimientos ya archivados.

Fusilamientos del 3 de mayo

Me da que aquellos fusilamientos del 3 de mayo. En los que se escenifica la muerte física de los aparecidos en el cuadro del genial baturro, guardan cierta relación con la muerte política de algunos participantes de hoy en día, No puede negarse que muerte la hay y mucho más podemos afirmar que también las seguirá habiendo.

PODEMOS ha pretendido conseguir la cuadratura del círculo, convirtiéndose en una oposición kafkiana al gobierno desde dentro del mismo ejecutivo. De verdad, que tirando del refranero popular andaluz. “Tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena”.

Veamos; una vicepresidenta elevada a los altares por el Marqués de Falconeti proveniente de Izquierda Unida, Partido Comunista o de algún grupúsculo de la izquierda gallega desahuciada y mortecina. La segunda con la marca de PODEMOS, ministra de desigualdad que ha batido todos los récords de enfrentamiento con la derecha, el centro derecha, la izquierda dura y la ultra izquierda radical a causa de sus destempladas acciones publicadas en el Boletín Oficial del Estado. Y la tercera que debe ser nominada como la ministra que ni está ni se la espera y que se corresponde con la cartera de Derechos Sociales y Agenda 2030. Eso sí, las tres contaron con el apoyo del iluminado de las cavernas.

Soy la marca blanca

Ahora, esas tres están agrupando a cuántas mujeres mejor. Sin ver que al final aparecerá el personaje más tragicómico del mundo y blandiendo la cimitarra peleona, dará la orden al pelotón de abrir fuego contra todas ellas.

“No es posible (gritará la jefa de SUMAR). YO, que estoy ungida por el óleo sagrado del Señor de los señores. YO, que estoy protegida y señalada para ser la mandamás de la política izquierdista femenina de la piel de toro e islas adyacentes. Soy la marca blanca del Partido Sanchista, Obsoleto y Esperpéntico… YO, nunca caeré bajo el plomo de la indiferencia.

¿De verdad que, usted señora del suma y no sigue, así lo cree? Claro que cómo están tan acostumbradas a mentir. Su jefe monclovita las ha vestido para la ocasión y a usted la pintó de blanco en la presentación de esa plataforma que pretende sumar.

Eso es lo que hay y si no observe con detenimiento el laureado cuadro del genial aragonés y vea a quién disparan de manera muy directa aquellos mosqueteros.

Todo estará bien si los que quedan en PODEMOS, no se reorganizan para continuar con las revueltas de guerrillas. Pedro Primero pasará a la historia por ser el más desleal de los ejecutivos nacionales.

Piñol Vermell

¿Y qué decir de los del “piñol Vermell” del Condado de Barcelona? Esos son los que aplican al pie de la letra aquello de que hay que derribar desde dentro al poder legítimamente establecido. Así andan paseándose por el Congreso de los Diputados. Afrancesados los han habido en todos los pliegues de la historia. Empezando por el propio Francisco de Goya, que admiraba el fino tratamiento de las culturas francesas en casi todas artes. Pero los fusilamientos anotados en carboncillo primero, desde el mismo lugar de los hechos, cambiaron su admiración y se circunscribió exclusivamente al buen comportamiento de los gabachos en tiempos de paz. Él era y se sentía español.

Lo de Cataluña siempre ha sido diferente. Ya en 1640 firmaron un acuerdo con Luis XIII por el que Francia debía facilitar apoyo militar a Cataluña para que, de esa manera, llegaran a conseguir la independencia del estado hispano. Sin embargo con algo no contaron. Fue el mantenimiento de aquel ejército francés que costaba un cuantioso dinero. La Generalitat de Cataluña tuvo que proceder a deudarse. Cuando los territorios de Tarragona, Cambrils y Martorell permanecían fieles a la corona española con Felipe IV, los gabachos pisaron a fondo el acelerador para derrotarlos, y para celebrarlo el Gobierno títere de Cataluña nombró al rey francés Conde de Barcelona.

Pacto de Ceret

Querían que con este tratado, conocido con el nombre de Pacto de Ceret, se constituyera una república bajo la protección del rey de Francia. Y esto acabó como acaban todas las iniciativas tomadas de cualquier manera. Había que abandonar España para mecerse en los brazos de un francés. Los cuantiosos gastos por el mantenimiento de ese ejército, acabaron por contra valorar qué tal les iba con el protectorado francés comparándolo con el tratamiento español.

Y si queremos más, podemos hablar del ejército de los mamelucos napoleónicos. Este ejército lo integraban soldados egipcios originarios entre otros de Turquía, Armenia y Afganistán y llevados a Egipto como esclavos. Para ser formados como militares de baja consideración aunque alguno llegó a comandar tropas. Este ejército fue con el que Napoleón plantó batalla en Waterloo al Duque de Wellington. El resultado es bien conocido: los mamelucos de Napoleón derrotados, detenidos y la mayoría muertos, y su jefe desterrado a la Isla de Santa Elena. Se asegura que los soldados que protagonizaron los fusilamientos de la Moncloa eran mamelucos afrancesados. ¿Se nos ocurre ver ahora a algún mameluco pisando las alfombras monclovitas?. Pues no lo sé, pero a buen seguro que haberlos, haylos.

La Moncloa

A todo esto decía que la historia en su registro de acontecimientos se comporta como una llamada a aquel período de tiempo qué, acabado, se vuelve a contar de nuevo.

La Moncloa, tiene también su historia de fusilamientos, y es bien cierto que, como decía más atrás, no han sido violentos y con muertos físicos a sus espaldas. Algún día la historia dirá porque fusilaron políticamente a miembros de los gobiernos del tente tieso Presidente del Partido Sanchista, porque, hoy por hoy, muchos de ellos, no se sabe en qué cargo andan descansando.

Así que, señores de la izquierda, pónganse ustedes las pilas porque con este personaje para los muertos políticos que va a dejar en las cunetas, seguro que precisará de un cementerio particular.

Y en cuanto a lo de aconsejar que se pongan las pilas, pues mejor que no, con cuatro años y pico ya nos ha bastado.

Deja un comentario

Abrir chat
1
¿Cual es tu información o denuncia?
GRUPO PERIÓDICO DE BALEARES, tan pronto nos resulte posible, será atendido, gracias.