El 21 de marzo, se celebró la inauguración de la exposición de fotografía «Impresiones. Entre lo humano y lo divino», de José Guerrero Rodríguez.

Lleno absoluto en la Sala de la Tercia para arropar al fotógrafo cuevano, la mesa de presentación la componía, el Alcalde Antonio Fernández Liria, Enrique Fernández Bolea y José Guerrero Rodríguez, donde explicaron, la elección de las fotografías, restauración de fotos antiguas y pequeños detalles en la fotografía, captados con su cámara.

Las 40 fotografías, son todas de la Semana Santa. Algunas de ellas restauradas, fotografías muy antiguas, donde se puede comparar en que ha cambiado nuestra Semana Santa y lo que sigue igual.

Se puede disfrutar de la exposición, desde el 21 de marzo al 17 de mayo, en la sala de Exposiciones de La Tercia en el Castillo del Marqués de los Vélez.

Organizada y patrocinada por la Concejalía de Turismo, Cultura y Patrimonio Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora.

Impresiones

Para descubrir hay que saber mirar; para captar lo singular, lo peculiar, incluso lo extraño e inesperado, hay que poseer predisposición, el hábito de prestar atención a ademanes, gestos, expresiones, comportamientos que, por instantáneos y efímeros, suelen pasar desapercibidos al ojo poco entrenado. José Guerrero pertenece a ese grupo de avezados fotógrafos, de mirada inquieta e incisiva, capaces de atrapar lo que a los demás se nos escapa.

Resultado de esta habilidad, de ese alarde de oportunidad, es esta original muestra fotográfica. A ello contribuye, sin duda, el premeditado distanciamiento de lo previsible, de lo esperado, de lo recurrente; Guerrero prefiere retener lo espontáneo, lo repentino, lo fortuito. Las 40 instantáneas que integran esta colección sugieren más que enseñan; su contemplación nos traslada sutiles mensajes que el espectador sabrá apreciar, aunque se le requiera un mínimo de detenimiento. A través de estas pinceladas de luz podemos penetrar en la esencia y acercarnos a la tramoya de esta figuración colectiva, donde generalmente lo humano se impone sobre lo divino.

Esta exposición es fruto del esfuerzo y el talento derrochado por nuestro fotógrafo durante la última década, un trabajo impecable que habla de su excelencia, de su capacidad de narrar a través de la luz.

José Guerrero Rodríguez

Está José Guerrero orgulloso de haber venido al mundo en Cuevas del Almanzora. De eso hace ya casi sesenta años. Origen y edad le infunden aprecio y experiencia. Del primero se desprende su querencia por el territorio, por todo lo que en él hay y luce, de ahí que nadie haya fotografiado tanto a Cuevas del Almanzora, sus paisajes y gentes, su naturaleza e historia, sus tradiciones y manifestaciones. De la segunda surge el referente, la calidad de quien se ha ido forjando en el universo de la imagen a golpe de dedicación, aprendizaje y talento.

Su inclinación hacia lo creativo le viene de lejos, de cuando en su etapa escolar flirteaba con las artes plásticas, con el dibujo y la pintura. El que con posterioridad eligiese las artes gráficas como ocupación profesional no hizo sino contribuir a que su inquietud creativa aflorase también en el diseño y la composición tipográfica. Fue entonces cuando la fotografía, recurso imprescindible, lo atrapó para siempre y ya no ha podido sacudirse esta pasión.

Han sido varias las exposiciones en las que ha mostrado el producto de su dominio y talento, como la que en el verano del 2006 mostró en La Tercia del Castillo del Marqués de los Vélez, un estreno donde hizo alarde de unos fundamentos que se reiterarán en toda su obra posterior: vitalidad, fuerza expresiva, dominio de la luz, el color como lenguaje y la capacidad para captar lo efímero, lo anecdótico, aquello que al común pasa desapercibido. Al año siguiente, también en época estival, trasladó su sugerente universo fotográfico hasta el Castillo de Villaricos, de cuyos muros colgó instantáneas fulgurantes, plenas de vida, poéticas en su concepción, porque entonces como hoy, insinúan, evocan, emocionan.

En los últimos años se ha reiterado su participación en exposiciones colectivas y se ha revelado como asiduo colaborador en revistas, periódicos y publicaciones de carácter local, comarcal y provincial, en las que sus fotografías son muy apreciadas. Su entrega a proyectos de distinta índole ha sido constante, sólo habría que recordar su papel de comisario en exposiciones temáticas como Tiempos de plata y plomo. Economía y sociedad en la Cuevas del siglo XIX o La mirada sorprendida. Algo más de un siglo de fotografía en Cuevas del Almanzora (1865-1973), con las que se pretendió, entre otras cosas, una recuperación del patrimonio fotográfico local y comarcal, preocupación y ocupación de nuestro fotógrafo en las últimas décadas. De hecho, con el objetivo de destapar esas imágenes antiguas ocultas en las colecciones familiares, promovió junto al Ayuntamiento de la localidad la celebración del Primer Maratón de Fotografía Antigua en 2001, al que sucedieron otras convocatorias en los años siguientes. Guerrero es un consumado retocador, sensible y respetuoso, capaz de otorgar esplendor al original más ajado. 

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