Historias de las colas del hambre…

Juanjo es un hombre de 64 años, toda la vida trabajó en el campo y la construcción, casi no sabe escribir, aprendió un poco en la mili.

Desde los 55 años, debido a una grave lesión en la espalda tras un accidente en una obra su vida se convirtió en un calvario.

‘Toni, firme lo que me pusieron delante, a penas sabía leer lo que ponían los documentos, me fiaba de la gente con la que había trabajado 10 años’.

‘Desde entonces primero resultó que me quedé sin derecho a paro, luego a veces conseguía alguna ayuda, luego terminaba el plazo y tenía que esperar a volver a tenerla’…

‘muy poquito dinero, con eso no podías comer y pagar una habitación’…

‘traté de ir una vez a un albergue (Ca L’Ardica) pero fue tan traumático que nunca más, prefiero antes dormir en la calle que entrar en esa casa de locos’…

‘tengo dos hermanas en la península, pero no hablo con ellas desde hace 40 años, cuando me fui de jornalero con 14 a trabajar al campo’…

‘me he dejado la vida y la salud en el trabajo Toni, tengo el cuerpo destrozado, mira mis manos, deformes’…

‘mi vida es una puta mierda’ pero hoy hay ese plato que tanto me gusta: albóndigas con salsa’…

‘y esta noche cena marinera, hemos pillado en los contenedores de basura del mercado pescadito’…

Cuidado Juanjo, primero que puede que esté en mal estado y segundo que te pueden multar… ándate atento amigo.

‘psssss, qué más da, igual tengo suerte y me paso unos días atendido en un hospital, con camita caliente y una enfermera simpática’…