El bien y el mal están en todas partes…
Piense en una pecera de mesa con un cristal impoluto y un agua cristalina, ahora imagine que introduce en ésta una cucharada de heces de cualquier mamífero de su elección y, con efusividad, menea la cuchara hasta que todo adquiere un color y olor desagradable, así es nuestra sociedad; la mayoría de personas aunque se sientan moléculas de agua cristalina interactúan próximamente con la mugre.
Según médicos del mundo 4 de cada 10 hombres entre 35 y 50 años (el 70% casados o con pareja estable) han tirado alguna vez de cartera para tener relaciones sexuales con una mujer que en el 85% de los casos, se ve obligada a ello, incluso forzada por ser víctima de trata.
El perfil es claro, en su mayoría hombres con trabajo o poder adquisitivo, puede ser cualquiera, de hecho, a las mujeres que personalmente he asistido por haber llegado al último escalón de la exclusión social, me lo han comentado: » Toni, cuando iba al juzgado para denunciar un mal trato el propio funcionario que me atendía era putero, o alguno de los policías que nos rondaban, o ese político que salía el domingo de la Iglesia con su abnegada familia… Puede ser tu hermano, tu padre, tu amigo, tu compañero de trabajo… los puteros son una plaga bíblica.
Por eso es tan difícil combatirla, incluso dentro del seno de lo que ha sido el marco de referencia moral de este país tan católico, ni el mismísimo San Pedro es capaz de mantener la pecera limpia, imagínense como deben estar la de ciertos partidos políticos.
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