A casi mil millones de niños y adultos con discapacidades y personas mayores que necesitan tecnología de asistencia se les niega el acceso
La OMS y UNICEF hacen un llamamiento a los gobiernos, la industria, los donantes y la sociedad civil para que financien y prioricen el acceso a estos productos.
Un nuevo informe publicado hoy por la OMS y UNICEF revela que más de 2500 millones de personas necesitan uno o más productos de asistencia, como sillas de ruedas, audífonos o aplicaciones que ayudan a la comunicación y la cognición. Sin embargo, a casi mil millones de ellos se les niega el acceso, particularmente en países de bajos y medianos ingresos, donde se puede llegar a que las necesidades de estos productos que cambian la vida se cubran solo en un 3%.
El Informe global sobre tecnología de asistencia presenta evidencia por primera vez de la necesidad global y el acceso a productos de asistencia y proporciona una serie de recomendaciones para ampliar la disponibilidad y el acceso, crear conciencia sobre esa necesidad e implementar políticas de inclusión para mejorar la vida de millones de personas.
“La tecnología de asistencia cambia vidas: abre la puerta a la educación para niños con discapacidades, el empleo y la interacción social para adultos que viven con impedimentos y una vida independiente y digna para las personas mayores”, ha dicho el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Negar a las personas el acceso a estas herramientas no solo es una violación de los derechos humanos, es una falta de visión económica. Hacemos un llamamiento a todos los países para que financien y prioricen el acceso a la tecnología de asistencia y brinden a todos la oportunidad de alcanzar su potencial”.
“Cerca de 240 millones de niños tienen discapacidades. Negarles el derecho a los productos que necesitan para prosperar no solo perjudica a los niños individualmente, sino que priva a las familias y a sus comunidades de todo lo que podrían contribuir si se cubrieran sus necesidades”, ha explicado la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Sin acceso a la tecnología de asistencia, los niños con discapacidades seguirán perdiendo su educación, seguirán estando en mayor riesgo de trabajo infantil y seguirán estando sujetos al estigma y la discriminación, lo que socavará su confianza y bienestar”.
El informe señala que es probable que la cantidad de personas que necesitan uno o más productos de asistencia aumente a 3500 millones para 2050, debido al envejecimiento de la población y al aumento de la prevalencia de enfermedades no transmisibles en todo el mundo. El informe también destaca la gran brecha en el acceso entre los países de bajos y altos ingresos. Un análisis de 35 países revela que el acceso varía del 3% en las naciones más pobres al 90% en los países ricos.
El informe señala que la asequibilidad es una barrera importante para el acceso. Alrededor de dos tercios de las personas con productos de apoyo refirieron haber pagado directamente por ellos. Otros refirieron que dependían de familiares y amigos para ayudarles financieramente con sus necesidades.
Una encuesta realizada en 70 países destacada en el informe encontró grandes brechas en la prestación de servicios y en el personal capacitado para la tecnología de asistencia, especialmente en el terreno de la cognición, la comunicación y el autocuidado. Encuestas anteriores publicadas por la OMS señalaban la falta de concienciación y los precios inasequibles, la falta de servicios, la calidad, variedad y cantidad inadecuadas de los productos, y los obstáculos en la cadena de suministro y adquisición como barreras clave.
Los productos de apoyo generalmente se consideran un medio para participar en la vida comunitaria y en la sociedad en general en pro de la igualdad; sin ellos, las personas sufren exclusión, corren el riesgo de aislamiento, viven en la pobreza, pueden pasar hambre y verse obligadas a depender más del apoyo familiar, comunitario y gubernamental.
El impacto positivo de los productos de asistencia va más allá de mejorar la salud, el bienestar, la participación y la inclusión de los usuarios individuales: las familias y las sociedades también se benefician. Por ejemplo, ampliar el acceso a productos de asistencia asequibles, seguros y de calidad garantizada reduce los gastos de salud y bienestar, como ingresos hospitalarios recurrentes o beneficios del estado, y promueve una fuerza laboral más productiva, estimulando indirectamente el crecimiento económico.
El acceso a la tecnología de asistencia para los niños con discapacidades suele ser el primer paso para el desarrollo infantil, el acceso a la educación, la participación en actividades deportivas y la vida cívica, así como la preparación para el empleo como sus compañeros. Los niños con discapacidades tienen desafíos adicionales debido a su crecimiento, que requiere ajustes o reemplazos frecuentes de sus productos de asistencia.
El informe hace recomendaciones para acciones concretas con el fin de mejorar el acceso, incluyendo:
1. Mejorar el acceso dentro de los sistemas de educación, salud y atención social.
2. Garantizar la disponibilidad, seguridad, eficacia y asequibilidad de los productos de asiencia.
3. Ampliar, diversificar y mejorar la capacidad de los trabajadores.
4. Involucrar activamente a los usuarios de la tecnología de asistencia y sus familias.
5. Aumentar la conciencia pública y combatir el estigma
6. Invertir en políticas basadas en datos y evidencia.
7. Invertir en investigación, innovación y un ecosistema propicio.
8. Desarrollar e invertir en entornos propicios
9. Incluir tecnología de asistencia en las respuestas humanitarias.
10. Brindar asistencia técnica y económica a través de la cooperación internacional para apoyar los esfuerzos nacionales.