Sir Richard Branson (18 Julio 1950), inauguró recientemente un establecimiento hotelero en la antigua propiedad de los Zaforteza, Son Buñola. Adquirida inicialmente por José Puig de Sóller; fueron sus descendientes quienes vendieron por primera vez a Sir Branson; ocurre que la adquirió por segunda vez recientemente. Conozcamos este entorno, uno de los más bellos de la isla de Mallorca.

En el municipio de Bañalbufar en el valle donde en la actualidad están las «possessions» de Son Bujosa, Son Coll, Son Balagueret, Son Valentí y Son Buñola, conforma un bello paisaje, muy productivo por sus manantiales, su tierra y su clima templado.

El topónimo de esta última explotación durante los siglos XIII y XIV dio nombre a toda esta zona, en ocasiones denominada Buñola sa Mar, Buñola de Bañalbufar o, simplemente Buñola. No confundir con la villa mallorquina de Buñola (aunque sí ha ocurrido otras veces). El valle de Buñola sa Mar no coincide con la depresión donde actualmente se sitúa el pueblo de Bañalbufar. La primera no prosperó como asentamiento humano y no se consolidó. Se trata pues de un valle de explotación agropecuaria de notable importancia formado por una cultura andalusí que los cristianos aprovecharon y adaptaron a las nuevas tendencias feudales mallorquinas que se impusieron a raíz de la conquista del Rey Jaime I.

S’ALQUERÍA DE SA TORRE, era sin duda la explotación agropecuaria del VALLE BUÑOLA SA MAR. Antes de 1272 se la llamó (… alqueriam meam mayores de la Torra, quan habeo in Valle Buñola sa Mar) Alqueria mayor de La Torre. Comprendía, grosso modo, desde el actual Hort de sa Torre (S) hasta el mar (N), y desde la alqueria Rotja (E) hasta la Bastida (W). Coincidiendo pues, en parte, de la actual «possessió» de SON BUÑOLA. El asentamiento humano más importante, tanto andalusí como cristiano, se situaría en las actuales casas de la «possessió», donde se ubica la torre medieval (cuadrada) existiendo una gran cantidad de cerámica islámica en superficie. S’Hort de sa Torre es lo que queda del antiguo topónimo. Mientras que S’alquría Rotja era la segunda explotación en importancia, fácil de identificar al observar el inmenso color rojo de la tierra, es el actual Son Coll. La Bastida es un topónimo que separa los dos valles (Bañalbufar y Buñola sa Mar). Merece comentar la existencia de un cementerio en una cavidad de Es Corral Fals (Camí d’abax). También numerosos vestigios arqueológicos y restos de lo que fueron el precedente a las Atalayas de defensa de nuestro litoral, limitadas a cavernas situadas en Es Bec de s’Aguila y la de Es Port d’es Canonge. Si durante los siglos de dominación cristiana en las costas de Mallorca no hubo necesidad de excesiva vigilancia, sí la hubo a principio del siglo XVI a causa del declive de la marina y un aumento de poderío en las naves piratas de los musulmanes en toda la Mediterranía. A partir de estas fechas fueron apareciendo las torres de defensa que conocemos y conservamos en la actualidad. Son Buñolaa conserva una torre cuadrada de cubierta plana, característica en esta zona como la de Sa Baronía. Las de Son
Valentí y Son Balagueret disponen de una cubierta de dos vertientes de teja árabe. Aunque se construyeron aparentemente en el siglo XVI, algunas crónicas sitúan una torre en Son Buñola datada en 1272 (no necesariamente la misma que conocemos en la actualidad).

El ma’jil o técnica de construcción de los diferentes elementos que forman el sistema hidráulico que permitía la conducción y almacenamiento de agua, junto a la organización social del sistema, son muy elaborados y todo un alarde de buenas costumbres que los árabes implantaron, tanto que en la actualidad sigue rigiendo la administración del uso del agua, titularidad, herencia de los derechos, etc. Poco tuvieron que culturalizar los conquistadores, se les llevaba ventaja en muchas cosas. El término ma’jil se usa erróneamente por muchos autores designando al conjunto físico de bancales (marjades), acequias y estanques. Sin embargo y según su raíz, el significado es el de “un periodo de tiempo determinado”. Parece ser que este sistema nace en el año 903. Difícilmente puede considerarse, otra vez, una aportación de los conquistadores, más dados a reparto de bienes conseguidos que a la creación de fuentes de producción. Tanto la captación del agua y posterior distribución a través de acequias (qanat) su almacenamiento en los estanques (safarex) y nueva distribución para riego y otros usos, representan toda una obra de ingeniería digna de admiración. Las bóvedas en las minas mediante piedras puntiagudas, sin argamasas, son impresionantes. Había que buscar el agua y requería de estas construcciones hasta el depósito subterráneo natural (acuífero). Tal vez, el dato más curioso sería la existencia de una fuente de agua dulce a tres metros de profundidad y a seis de la costa en Es Péx Menut (W. d’es Béc de s’Águila).

Bibliografía:
Homenatge a Guillem Rosselló Bordoy, de Ramón Rosselló y Jaume Albertí (2002).
Vigilància Marítima a Banyalbufar (Josep Segura Salado. 1998).
Guia de passeig (Gaspar Valero y Jaume Albertí. 2000).
Banyalbufar i la seva història (Toni Sastre 1998).

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