Va a estallar una bomba social en España, nadie sabe cuando durante este 2022, pero será inevitable que acontezca
Oficialmente hoy tenemos 3.108.763 personas en el paro… solo que no representa las cifra real de personas sin empleo, sino solo las que entran dentro del baremo preestablecido para maquillar las verdaderas cifras.
Los trabajadores afectados por ERTE o los beneficiarios de prestaciones por cese de actividad no figuran entre los parados oficiales.
Pensemos, que además, hay muchas empresas que no podrán mantenerse en activo una vez que tengan que devolver con intereses los famosos créditos «ICO».
El único sector laboral que ahora está incrementándose es el de servicios, como bien sabemos, algo que está sujeto a la estacionalidad y cada vez más a la precariedad y sobre explotación laboral.
En otras palabras, el paro real es un 25% superior al que estipula el Gobierno de España.
Añadir que a partir de junio del presente año el BCE ya no comprará más deuda española: «Se acabó el endeudarse para mantener artificialmente el nivel de servicios, educación y gasto público».
La mecha de la bomba, que no sabemos cuán larga es, la ha encendido la reciente inflación que agravará la situación y estabilidad social por los siguientes frentes:
. Pérdida de poder adquisitivo de las economías domésticas y empresas, es decir, el dinero disponible tiene y seguirá teniendo cada vez menor capacidad de adquirir bienes, servicios o sostener los costes empresariales.
. Aumento de trabajadores pobres y excluidos sociales, especialmente familias con niños pequeños a cargo.
. Recortes sistemáticos de servicios por parte de las administraciones públicas debido al pago forzoso de la deuda externa acumulada.
. Incremento irracional de los impuestos y reducción inevitable de prestaciones sociales.
Es el momento de tomar medidas personales lo antes posible y prepararse para afrontar con un mínimo de seguridad y dignidad las duras pruebas a las que nos va ha someter esta situación, digo personales, porque no importa quien gobierne y las veces que cambiemos de color político, la solución no está al alcance de ninguno de los títeres que tenemos como representantes.
