Un ciudadano en elecciones es un avalista voluntario de la deuda que generará, por su incompetencia, un político
Por eso pagamos un alto precio a cambio de algo que no tiene valor alguno en el mundo material. Creyendo que mantenemos contenidas las diferencias sociales creando la ilusión de que todas las partes están representadas en un mercado revestido de una supuesta libertad e igualdad de oportunidades pero, en realidad, en el que todo el pescado ya está vendido.
Un político es un individuo que suele ser más irracional que lo que un ser humano común puede racionalizar sobre lo incoherente que realmente es.
De ahí que sean unos expertos en explicar porqué las fantásticas previsiones que hicieron ayer no coinciden con el desastre de hoy, consiguiendo que sus mentiras inmorales sean percibidas como la esperanza de que algún día serán verdad, para repetir en un bucle de disonancia cognitiva, al igual que un maltratador a su víctima, durante años, que no volverá a pasar.
