Somos la cultura del «multi»

Cada vez hay más evidencias de que vivimos “multividas”, sobre todo gracias a la investigación rigurosa, especialmente, de médicos y físicos que han dado un paso adelante para ello y, no menos importante, la experiencia personal de individuos en general que han vivido experiencias cercanas a la muerte, resaltando particularmente aquellos con formación científica y que antes de esas experiencias se consideraban totalmente escépticos ante el tema.

También nos encontramos con que un gran sector de los astrofísicos defienden la postura de que no sólo existe un universo, sino más bien multiversos con diferentes leyes físicas que pueden determinar ser incluso más propicios para la vida que el nuestro, o todo lo contrario.

Qué decir que hoy tenemos multigénero a la carta y a gusto de cada uno.
De hecho, cada vez más se practica el “multisexo deportivo”, hay personas que eligen a las personas como si fueran unos vaqueros más en su armario, es decir, todos solemos tener más de un pantalón pero repetimos más con el que nos sienta mejor…

Y, a día de hoy, casi todo es multiplataforma, multifactorial, multidisciplinar, hasta tal punto, que en vez de dirigentes políticos tenemos quimeras políticas multipartidistas que en vez de sumar soluciones multiplican los problemas siendo incapaces de enfocar los recursos en lo prioritario, es decir, no se invierte lo suficiente en lo vital pero en cambio, de forma dispersa, se reparten valiosos fondos para contentar egocentricidades particulares de los votantes de ideologías radicales, por lo que queda mal aprovechado el esfuerzo de los contribuyentes. Lo terrible, es que gestionan tan mal, que tienen que aumentar la deuda pública cada segundo que pasa.

Casi nadie convive con la pareja de toda la vida… Nuestra vida amorosa es una película de «multipareja», de hecho se es infiel a las promesas de amor sea serialmente, una relación de tras de otra, o paralelamente, varias a la vez. Lo gracioso de todo ello, es que cuando conoces a esas parejas en el momento de enamoramiento matarían uno por el otro y, después, tras unos meses o años se matarían otro al uno ante las puertas de un juzgado.

En fin, vivimos en un supermercado donde se venden las modas de múltiples maneras de ser, existir y pensar…