Si alguien duda de que tengamos que reforzar nuestras fuerzas armadas, mejor haría en no olvidar el terrorismo islámico
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) incita a sus acólitos a que ataquen a Europa considerando una oportunidad el hecho de que esté centrada en la guerra en Ucrania.
Con un arcaico eco de «los cruzados se matan entre ellos» su portavoz, Abu Omar al Muhager, incita a que se organicen atentados en el seno europeo.
Su deseo manifiesto es que «los cristianos sufran lo que hemos sufrido los musulmanes». No les falta parte de razón, gran proporción de occidente ha derramado sangre inocente, interferido cruelmente en sus países expoliando sus recursos y redefinido fronteras para repartirse el botín de guerra sin tener en cuenta sus características históricas y etnológicas. Nos odian y tienen sus razones. Es imposible que con buenismo y una disculpa puedan perdonarnos tanto horror. Cada vez que puedan, sus líderes más radicales actuarán contra nosotros. Por suerte, los demás líderes no se diferencian mucho de los nuestros, que no son más que mercaderes corruptos hasta la médula, donde no importan los valores y derechos humanos, todo se vende, intercambia o compra.
Mencionar que el EI también remarca la cobardía de los países europeos y EE.UU. ante Rusia, lo que aumenta su percepción de vulnerabilidad e incapacidad resolutiva ante los conflictos que tiene ante sus puertas, siendo también absurdo el disparo en su propio pie al tomar medidas que llevan, especialmente a los europeos, a una crisis energética y recesión económica no vista en décadas que se ve incapaz de manejar.
