Pablo Casado no seguirá al frente del PP al no tener el apoyo de los barones

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El presidente del PP prepara su salida del partido tras la crisis abierta por la investigación de un contrato de Isabel Díaz Ayuso. Fuentes del partido aseguran que Casado tiene tomada la decisión de dimitir.

Teodoro García Egea dimite como secretario general del Partido Popular. Su marcha había sido reclamada por los barones, presidentes autonómicos, diputados, cargos orgánicos y militantes en un clamor abrumador en los últimos días. Hacia él apuntaban como responsable de la crisis con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que ha sumido al PP en su peor momento histórico.

Génova vive una convulsión total. Son horas frenéticas en busca de una salida desesperada ante la presión de los barones, que llevan días exigiendo la celebración de un congreso extraordinario para la renovación total de la cúpula y la dimisión del presidente popular.

Casado Intentó ganar tiempo con la convocatoria de esa Junta Directiva, pero finalmente, pero la caída masiva de apoyos, ha puesto a Pablo Casado entre la espada y la pared. Ahora mismo, su salida parece inevitable, dos años y medio después de asumir el liderazgo del partido,

La última semana ha sido demasiado para Casado, que entre el jueves y el domingo vio cómo militantes de su partido se ponían del lado de Ayuso en la mismísima puerta de Génova, a cuenta de la investigación abierta a la presidenta madrileña por la adjudicación de un contrato que acabó en una comisión para su hermano. Después, se ha quedado prácticamente sólo en el plano oficial.

Para los barones, de hecho, la dimisión de García Egea es insuficiente. Bajo la autoridad de Alberto Núñez Feijóó, todos han ido expresando su malestar con la grave situación que vive el partido y la urgencia de tomar medidas. El último ha sido el presidente murciano, Fernando López Miras, uno de los dirigentes más leales al ya ex secretario general y de su máxima confianza. «Es el momento de la responsabilidad», aseveró este martes. Sus palabras demuestran que la crisis es mayúscula.

Los resultados de las elecciones de Castilla y León no avalaron la estrategia de Casado y de su «fontanero», el secretario general de Teodoro García Egea. Ambos trazaron el adelanto electoral para gobernar en solitario, pero aunque el 13 de febrero el PP ganó en las urnas, la victoria se tradujo en la necesidad de cambiar de socios y sustituir a Cs por Vox. Para colmo, los de Abascal exigieron por primera vez entrar en un gobierno, poniendo al candidato, Alfonso Fernández Mañueco, contra la espada y la pared.

Este martes, además, se han sucedido los pronunciamientos en público de varios dirigentes, algunos muy cercanos al líder popular, pidiendo que se designe una dirección provisional o gestora para pilotar el partido hasta un próximo congreso.

En la convulsión total de este martes se ha sucedido también una cascada de dimisiones, como la de Belén Hoyo, presidenta del Comité Electoral del PP, y el primer miembro de la dirección en comunicar su marcha. Hoyo ya se mostró especialmente beligerante en la reunión del Comité de Dirección, celebrada este lunes en Génova, donde exigió la renuncia inmediata de Egea y la convocatoria de un congreso extraordinario. A esa petición se unieron otros miembros de peso de la cúpula del PP, como Cuca Gamarra, Ana Pastor, Elvira Rodríguez o Andrea Levy. Ésta última también ha anunciado su renuncia como presidenta del Comité de Derechos y Garantías.

Pablo Casado, de 41 años, es palentino, abogado y economista. Se afilió al PP en 2004 y ya en 2005 fue nombrado presidente de Nuevas Generaciones de la Comunidad e Madrid. Desde ahí llegó a la Asamblea madrileña, como diputado de Aguirre, otra de las que estos días ha hablado contra él.

Y en 2008, tras abandonar el escaño autonómico se convirtió en jefe de Gabinete de Manuel Pizarro. Y en 2011 llegó al Congreso como diputado. En 2015 fue nombrado vicesecretario de comunicación del partido y allí siguió hasta que llegaron las primeras primarias, que enfrentaban a Soraya Sáenz de Santamaría y Mª Dolores de Cospedal para suceder a Rajoy. Él decidió presentarse y acabó ganando.

Pero en este tiempo, Casado no ha tenido resultados en las elecciones generales. El PP sí se consolidó en las municipales, colocándose como primera fuerza. También consiguió victorias en comunidades clave como Madrid o Andalucía, pero en las elecciones generales no pudo.

En la primera de las dos citas electorales de 2019, el PP bajó de 137 a 66 diputados. En la segunda consiguió 23 más, llegando a los 89, pero sin ninguna opción para gobernar.

Ni con la pandemia de por medio ha puesto en apuros al PSOE, aunque algunas encuestas sí que reflejaban una tendencia al alza, pero casi siempre insuficiente. Y mientras tanto, ha visto cómo crece su rival más directo, Vox, que por ahora es el gran beneficiado de la última crisis del PP que parece acabar con lo que sería un breve liderazgo de Pablo Casado.

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