Narraciones reales para las próximas «Noche de Brujas»
Os propongo un pacto. Voy a ir contando mis experiencias con lo paranormal y vosotros me contáis a su vez en los comentarios las vuestras. Es más podemos realizar una investigación e incluso exponerlo en los próximos programas de Noche de Brujas.
En caso de que no lo queráis hacer público y mantener vuestro anonimato, os doy mi palabra de respetarlo si me lo enviáis por privado.
Empecemos:
Una asombrosa presencia
Era sábado, media tarde, al llegar a casa de una compra del supermercado; abrí la puerta, desconecté la alarma y justo cuando Carolina pasó por delante de entrada del salón a la derecha del hall, observó un resplandor, durante un segundo, que surgió de la nada en el centro de la sala iluminándola intensamente por completo.
Yo había entrado directamente a dejar la compra en la cocina, entrando por la izquierda, no lo vi, pero cuando ella me lo dijo, además de ser consciente de que es una bruja blanca y tiene facilidad para detectar lo inefable, en ese momento, recordé que todas las personas que han convivido alguna vez conmigo, todas sin excepción, siempre me mencionaron que sentían presencias, que oían extraños ruidos o que las cosas a veces cambiaban de sitio o desaparecen.
Tipo de entes
Me dijo que se alegró por ello, porque era diferente al tipo de entes que otras veces había detectado a mi alrededor, sobre todo en situaciones de estrés en el comedor social, ella solía comentarme que un ente antropomorfo, totalmente vestido de negro me acompañaba.
Yo también ví ese ser durante un trayecto en coche, cuando me dirigía hacia el norte de la isla. Ví una especie de ser color negro que al detectar mi mirada se ocultó rápidamente, sé que era real porque se movieron las ramas de los arbustos al hacerlo. Mi mente racional me llevó a pensar que se trataba de algún «Ca de Bestiar» que debía estar vigilando una propiedad al borde de la carretera.
Vestido de negro
Al rato, mientras la persona que conducía me hablaba sobre los beneficios del pilates, volví a mirar por la ventanilla abierta y me quedé helado al ver a un ser con forma humana, totalmente vestido de negro de pies a cabeza correr a la misma velocidad (90 kilómetros por hora) para ocultarse detrás de una zona rocosa. En esos segundos pude observar que tenía un cráneo más alargado y grande de lo normal en un ser humano común y sus movimientos parecían impulsados por algo más que su tracción física, era como si pudiera patinar magnéticamente.
Al contárselo, recuerdo que me dijo que también había tenido una experiencia que la aterrorizó una noche: Cuando volvía a su casa del trabajo, en un momento dado, al mirar por el retrovisor, vio a un hombre, vestido también totalmente de negro que portaba una especie de capa y sombrero. Se asustó tanto que se equivocó de salida de la autovía, es más no se atrevió a volver a mirar por el retrovisor, lo bajó con la mano, recuperó su serenidad y la ruta hacia su casa. Se alegró al comprobar, al llegar, que ese ser, aparentemente, ya no estaba. Pero siempre le acompañó la sensación de que había algo ahí, especialmente cuando su perra se quedaba mirando fijamente algún punto de su casa.