Muchos siguen asociados a la monogamia, otros, cada vez más, construyen un modelo de vida basado en el poliamor

Lo que no saben gran parte de los que optan por una u otra vía, es que el índice de duración de parejas, nivel de felicidad y fracaso es similar. No son ni mejor ni peor, solo son diferentes formas de alcanzar el mismo resultado.

La generación del 68 trató de romper las «normas burguesas» de las formas de relación abriendo la veda a nuevos tipos de ‘amor’ y expresiones sociales de éste. Pero en un mundo donde no se ponen de acuerdo ni los vecinos de una finca de dos pisos por las continuas discusiones, malos entendidos y críticas que enfangan la libertad por doquier ¿cómo quieren ustedes poder amar en paz?

Tal y como exponen Julian Nida-Rümelin y Nathalie Weidenfeld (Sexo Estandarizado, 2022): «La ambigüedad y la falta de honestidad es sorprendente cuando observamos que las normas establecidas generalmente no requieran ninguna justificación y discusión, mientras que la estandarización de las desviaciones va acompañada de una necesidad intensiva de justificación y crítica obvia».

Los niveles de felicidad no son más altos por el hecho de creerse más libres de amar como creamos que debemos hacerlo porque las miserias humanas como por ejemplo son la envidia, la deslealtad, los celos patológicos, la frustración personal por no ser más guapo, inteligente o rico, sentimientos de inferioridad o tener un super ego, etc. etc. etc. acaban desvelando el mediocre ser que llevamos dentro estropeando las relaciones sean del tipo que sean.

Pero claro, el negocio, es el negocio, qué decir, de la cantidad ingente de chiringuitos coloca enchufados de los montajes políticos al rededor de la creencia de que somos un ejemplo de la ‘nueva sociedad’ a seguir por vendernos refritos de ideales que no sirven para hacernos mejores personas o por otra parte, de infectas conciencias embutidas en creencias de hace miles de años para reprimir y controlar a una sociedad en la que se le hizo creer que todo era pecado en relación al sexo.

Si queremos ser libres y ser capaces de respetar la libertad de los demás tendremos que empezar por ser mejores personas capaces de evolucionar hacia unos valores de libertad reales y sentimientos de noble fraternidad ¿no creen?

Mientras, algunos seguirán ‘comprando’, compulsivamente, los ‘productos’ de moda social amorosa para creerse reinventar la rueda u otros amarán en base al credo de un dios celoso y criminal que los condena al fuego eterno porque es imposible, según él, no pecar.

Por la senda de enmedio, siempre estaremos los que no olvidamos que describir lo ideal es fácil, hacerlo realidad, no y, los cambios reales en las personas, se producen cuando se instauran en lo más profundo de nosotros mismos, porque si no es así, todo cambia alrededor para que nada cambie realmente en nuestro fuero interno.