Muchos piensan que como en casa no se puede estar mejor… al igual que los nacionalistas

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Muchos piensan que como en casa no se puede estar mejor… al igual que los nacionalistas, que tienen la creencia que su país es mejor que los demás, por eso lo anteponen ante cualquier otro.

Pero ¿se han dado cuenta de que a veces, ni entre pueblos que están a 12 kilómetros consiguen tener buenas relaciones? Y, por cierto, es algo innato, se generan espontáneamente diferencias y estereotipos llegando al sarcasmo y al chiste fácil cuando se refieren unos a otros.

Por esa y otras causas, la primera dificultad que tienen los ‘nacionalistas’ es que no consiguen resolver los problemas comunes con los demás países o regiones por puro ‘orgullo nacional’ disfrazado de patriotismo.

Ser abanderado de una nación es padecer de hemiplejia mental, pues, se defiende hasta el absurdo la superioridad de los tuyos con y sin razón, al igual que un hincha del Barça o del Real Madrid.

Desgraciadamente, junto a las religiones, pues van de la mano, los nacionalismos son los responsables de los mayores genocidios y desastres de la humanidad. A la historia me remito.

Y la histeria nacionalista siempre afecta a los más humildes de la estructura social, pues, a una persona que trabaja de sol a sol para sacar a su familia adelante, poco le importa el participar en una guerra que le puede costar la vida simplemente porque una casta de privilegiados y oligarcas juegan a ver qué rey o cacique de turno la tiene más larga a la hora de acaparar más.

Ser nacionalista es ser un fanático que se autoengaña creyéndose mejor que los demás, al igual que una madre pude ver a su hijo 10 veces más inteligente y guapo de lo que realmente es por sus altos niveles de oxcitosina asociadas a él. Los sesgos cognitivos asociados a nuestros sentimientos y emociones nos nublan la visión real de las cosas.

La antropología social también lo ha explicado, es imposible no generar endo y exogrupos, es automático, forma parte de los mecanismos que han acompañado la supervivencia de las tribus humanas en un mundo que por mucho que deseemos convertirlo en un paraíso Hippie, no lo es, pues es tarde o temprano en cierto grado hostil y nos obliga a estar en guardia siempre contra los demás grupos.

Para ser más ‘humano’ tendríamos primero que desaprender nuestras ideas irracionales e incorporar más ‘humanidad’ de la buena, de esa que no se disfraza de bandera, ni religión, ni de equipo, ni ‘de lo nuestro’ o interés económico… pero eso nunca pasará, solo podremos disimular, aparentar y disfrazar nuestras mezquindades internas.

Así que, tal vez, el reto de quien desee alcanzar ser ‘buena gente’ es ser un porcentaje menos hijo de puta cada día. Es decir, un país, nación, pueblo, familia, equipo… no lo definen solo sus mitos, leyendas o creencias, sino conseguir superar un poco más sus propias miserias.

Haz el bien pero mira bien a quien, no sea que además, te tomen por tonto los que te mandan a una guerra o te implican en ella.

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