Diríase que la Semana Santa representa, o debería representar como una tregua, para los que nos consideramos cristianos sea cual sea nuestro grado de práctica o cumplimiento. Quizás necesitamos de unos días de reflexión y una cierta espiritualidad en la que las creencias, emociones y tradiciones afloran como la primavera en nuestro ámbito personal y familiar. Recordemos cuando en décadas pretéritas la Iglesia imponía toques de queda, silencios y respetos, obligaciones alimenticias, mercados de bulas, oficios religiosos y, en definitiva, control de la actividad social.

Hoy día ya no existe ese impuesto dominio emocional y somos libres cada cual de sentir aquello que nuestras creencias y fe nos dictan, manteniéndose intactas las tradiciones aunque sin exagerado boato, palios y púrpuras que tanto influyó, no siempre para bien en algunas generaciones, las nuestras.

Para otros no obstante la Semana Santa y la Pascua son solo unos días de vacaciones de esquí, playa y descanso a medida de cada bolsillo, sin entender bien porqué esos días precisamente en esa época primaveral del año.

Orígenes cristianos nos infunden un gran respeto

Pero ahí se presenta una diferencia de actitudes de la gente claramente enmarcadas entre el respeto y el desprecio. Nuestros orígenes cristianos nos infunden un gran respeto y natural aceptación en la gran mayoría de los ciudadanos aunque muchos no participen de forma activa y directa lo cual es positivo y de agradecer para la convivencia social, sin embargo hay un sector con el que lamentablemente nos toca convivir a todos los demás que, eso sí desde sus vacaciones bien pagadas, manifiestan su desprecio hacia nuestros orígenes, historia, cultura y tradiciones, quizás porque ellos ni responden a su origen, es decir son de efímera y desmontable condición humana, ni saben de su historia porque para qué perder el tiempo teniendo sudokus, series televisivas, tuiter e Instagram. Demuestran además una total incultura añadiendo a las anteriores frivolidades algún complejo de inferioridad y una cierta cobardía porque lo cómodo es no pensar.

Y finalmente no puedo contener la tentación de mencionar a todas aquellas personas que estos días se dedican a disfrutar de sus propiedades y patrimonios que no han ganado con su esfuerzo y sí por privilegios y corruptelas, siendo especialmente interesante un recuerdo para Su Persona que despreciando a la Corona de España, descansa en el regocijo del uso de las instalaciones palaciegas pertenecientes al patrimonio Nacional con traslados en transporte público, el suyo y el nuestro.

Semana santa es tiempo

Pese a todo ello la Semana santa es tiempo y el tiempo no se detiene por lo que en el mundo y en nuestra España siguen pasando cosas. Sigue habiendo fuego y muerte en la frontera oriental de nuestra querida Europa y pese a la mediación entrecomillada de los dos grandes, parece que no se consigue enjaular al sátrapa soviético. El cambio climático deseca nuestro planeta siendo evidente el lamentable estado de nuestros pantanos y embalses o el descenso de los ríos europeos con un pobrísimo deshielo que viene a amenazar cultivos y cosechas.

En España después de la lección del viejo profesor en el congreso de los diputados, seguimos sumidos en una total incertidumbre pese a las constantes protestas por la fatídica labor o errores del gobierno que tuvieron como auténtico colofón la gran manifestación de Madrid conocida como el Espíritu 21E. Las elecciones autonómicas y locales del próximo 28 de mayo van a representar el diagnóstico de las constantes vitales del país, marcando seguro el desenlace político de los próximos meses con todos los líderes y partidos haciendo campaña, unos de sus bondades y otros de sus maldades, perfidias y traiciones.

Bálsamo del semestre europeo

Su Persona se halla relamiéndose del bálsamo del semestre europeo para intentar enterrar todas sus vergüenzas, mentiras y catastrófica gestión, miles de comunistas podemitas haciendo la caja de estos años de bienes y llenando las sacas que se van a llevar producto de todos sus desmanes y trapicheos patrimoniales. Honestos políticos intentando sobrevivir a bocanadas sumergidos en su desaparición por sus propios errores y soberbias en algún caso, personalidades políticas emergentes cuyos ejércitos y equipos valoran más la intención de voto, las previsiones y las encuestas que comunicar a los ciudadanos cuales son sus programas y soluciones. Ese es nuestro escenario, el de la gente de a pie.

Pero no lo quisiera dejar aquí sin mencionar el a mi parecer falso y plástico estrellato de un torpedo disparado no se sabe por quién, a la línea de flotación de la extrema izquierda, de alba melena y espoleta frontal prominente, que cual comandante en jefe de las fuerzas de ocupación del sector radical explote en la panza de un navío ya obsoleto por saturación de poder y de riqueza de sus dirigentes.

Érase un ser a una nariz pegado

Aunque Quevedo escribiría. Érase un ser a una nariz pegado, érase una nariz superlativa…. y siguientes versos, tengo que reconocer que a la propietaria de la misma le sienta divinamente el Look del Vogue y la alta costura pues la transformación de su belleza resulta espectacular. La terra per qui la labora.

Finalmente, en cuanto a personas manifestar mi deseo de regreso a la primera línea de inteligencia política a algunas personas que se hallan en la trastienda, apartadas voluntaria u obligadamente precisamente por su valía y brillantez. Sería una buena noticia para el país en la Pascua de Resurrección.

Como cristiano y firme mantenedor de las emociones y las tradiciones quisiera desde aquí desearles a los lectores y a los ciudadanos en general unas Felices Pascuas y un nuevo compromiso de nuestra fe, historia y cultura milenaria.

Mariano Gomá.

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