Después de haber compartido con ustedes, mis queridos lectores, diferentes artículos escribiendo sobre “El origen y beneficios del canto”, “Causas y circunstancias que afectan a la voz”, “Técnica vocal”, “El canto como elemento interdisciplinar en las escuelas”, “El canto como elemento de conexión entre las materias y competencias básicas en la educación escolar”, y el “Vínculo entre maestro-alumno”, deseo adentrarme en uno de los puntos de gran relevancia como es el del arte de la interpretación.

La voz es el instrumento más primitivo, a través de ella se desarrolla la sensibilidad sonora y la formación del gusto musical.

El contacto con los sonidos quedará como el único medio de expresión y comunicación. Su color, timbre y todo lo que moldea su identidad descifrará los más profundos sentimientos del artista.

El canto siempre ha sido considerado como el lenguaje del alma. Por medio de él se llega a expresar lo que las palabras no pueden comunicar. Está contemplado como la extensión del habla hallándose en estrecha relación con el estado físico y psíquico del intérprete, de ahí que podamos constatar que cuerpo y alma se fusionen para crear belleza, expresar y contagiar emociones.

Es la palabra transformada en música, con frases interpretadas al ritmo de una melodía.

Hablando del lenguaje y palabra, estoy segura de que muchos de mis lectores habrán podido experimentar en sus propias carnes el suplicio de no poder entender ni una sola palabra al intérprete.

Por eso quiero hacer hincapié en la importancia que tiene la articulación y dicción al cantar, que desgraciadamente hoy en día, en el mercado musical, no llegan a ser apreciadas.

Se entiende por dicciónal hecho de articular y pronunciar correctamente las palabras. Ésta estará al servicio de cualquier texto y proporcionará expresividad, matices y concreción a la voz. Por tanto será entendida la pronunciación como el culmen de todo trabajo vocal y el principal elemento para una exitosa interpretación.

Pero no solo una buena técnica, con una perfecta dicción define a un artista, tiene que existir algo más.

Quién no se ha hecho la pregunta “¿Cualquier persona puede llegar a ser cantante?”, muchos estarán de acuerdo y otros no con mis afirmaciones.

Cuando una voz está timbrada en el habla se puede transformar en una voz cantada, pero solo se conseguirá a través de una buena técnica, con paciencia, tiempo y trabajo, claro está.

Entender la técnica vocal es atender al estudio del aparato respiratorio, fonador, resonador, y postura vocal sin olvidar la salud vocal.

No cabe duda que un buen cantante necesita de una técnica refinada y trabajada, pero entenderán que no podemos concebir dicha técnica sin arte, musicalidad y sin expresión.

Cuando el intérprete haya resuelto todos sus problemas técnicos, sea consciente de ello e interiorizado dicho proceso, disfrutará de una completa libertad para exteriorizar sus sentimientos.

No obstante podemos llegar a la conclusión, de que para saber cantar y ser un buen cantante no basta con poseer un instrumento.

Todo puede aprenderse como la técnica, a poder despertar el oído, a desarrollar el lenguaje y el gusto musical, el estilo, etc..

Pero lo que no se aprende y se convierte en un “DON” es la calidad y personalidad del artista quien solo él será capaz, con su talento y esencia,

traspasar el corazón del oyente, hacerle vibrar y sentir con la belleza de los sonidos a través de una excelente INTERPRETACIÓN.

Por tanto el intérprete musical será quien atesore un talento especial para crear, interpretar y entender la música.

Tendrá su propio modo de expresarse, de escuchar su corazón al cantar, de una exquisita sensibilidad y de sentir la música.

Esas cualidades le convertirán en pura esencia y en su sello de identidad.

Se entregará en cuerpo y alma a su público para que éste pueda experimentar las emociones y vivencias transmitidas por él, creando una atmósfera de armonía, de sensibilidad, paz, placer y felicidad entre ambos.

Puedo constatar que quién no posea ese talento muy difícilmente podrá convertirse en cantante.

Cuántas veces hemos escuchado a un cantante con una gran voz pero no nos ha llegado al alma y por lo contrario, cuántos de ellos al poseer una pequeña voz sin una técnica tan depurada pero con un canto expresado desde la profundidad de sus entrañas han llegado a alcanzar una larga y exitosa carrera.

Por mucha voz que se tenga si no sabe interpretar, bastantes obstáculos se encontrará por el camino.

Es por ello que la interpretación será contemplada como el último camino a descubrir.

Será la artífice de armonizar el conocimiento del lenguaje musical con el dominio técnico, con la sensibilidad, expresión y entrega del intérprete. Éste será el creador de aquello que quiere transmitir el compositor y autor literario.

Estudiará previamente cada pieza musical, sumergiéndose en el conocimiento de cada uno de los textos, del estilo, época, ritmo, compositor, idioma etc…Tratará de recrear cada relato, cada palabra, a través de las distintas emociones reflejando tristeza, alegría, miedo, ternura, humor, odio, amor, esperanza, pasión etc…Dependiendo del análisis, del contenido de cada composición y lo que se desea expresar.

Al igual, la expresión corporal establecerá una manera de comunicación a través del movimiento, puesto que favorecerá a la credibilidad en la interpretación.

Cuántas veces hemos escuchado “Que la mirada es el espejo del alma”, y solo será a través de ella donde quede reflejada dichas emociones.

En definitiva, la Interpretación será la meta de todo trabajo vocal.

Cualquier pieza que se cante debe estar impregnada desde la riqueza del ánima y mientras no sea interpretada no será del todo entendida.

Para hacerla vivir necesitamos de la figura del intérprete quién será el encargado de trasladarnos el mensaje de su compositor.

1 pensamiento sobre “Cantar: el arte de interpretar

Deja un comentario

Abrir chat
1
¿Cual es tu información o denuncia?
GRUPO PERIÓDICO DE BALEARES, tan pronto nos resulte posible, será atendido, gracias.