Disfruten de este último verano…
Un economista, Niño Becerra, nos dice: «Parece que tenemos pleno empleo, en muchos casos precario y estacional, nuestros jóvenes universitarios, mayoritariamente, están trabajando de camareros y pinches de cocina con la ilusión de que puedan ahorrar algo para pasar el próximo invierno». La hostia que les espera después de este verano va a ser soberana.
Esta falsa alegría veraniega es un espejismo, ni ganarán lo suficiente, ni cotizarán lo suficiente, pues a casi todos les proponen media jornada y el resto en negro. De hecho, para las pequeñas y medianas empresas les es imposible asumir los costes reales de personal, impuestos y garantizar un buen servicio al cliente a la vez.
Luego están las inspecciones que están arrasando a controles y sanciones, que los que pensaban sobrevivir en la temporada de verano serán expoliados por el afán recaudatorio y sancionador del Estado.
Los empleos públicos no cesan de incrementarse y el número de jubilados dispararse, casi 14 millones de españoles viven de que otros 13 millones sean sangrados a impuestos para mantenerlos.
Europa, en vez de sancionar a los estados incumplidores ha prometido a inútiles como los que nos gobiernan que aunque no cumplan seguirán comprando su deuda y dándoles crédito… Pan para hoy y más hambre para mañana.
Sólo en Madrid hay actualmente más de 90 bandas latinas que abusan y prostituyen a chicas menores, luego tenemos bandas de carteristas de todo el mundo vienen a realizar su agosto en España, somos el prostíbulo y punto de venta de drogas más importante de Europa. Incluso equipos de albanokosovares, preparados para la guerra, que vienen a robar a chalets de lujo.
Cuando ando por la calle y veo la desidia, la falta de implicación y compromiso de la sociedad española en resolver sus propios problemas, siento una profunda decepción.