A continuación, deseo profundizar en uno de los mayores problemas que preocupa e intranquiliza al intérprete a la hora de exponerse ante un público: Me refiero al gigantesco y temido miedo escénico.

Psicólogos y docentes del canto refuerzan la idea de que el raciocinio más usual que da lugar al temor, frente a una exposición, es el miedo escénico. Nuestro cerebro emocional controla nuestra parte psíquica y fisiológica. El temor viene dado por niveles excesivos de intervención nerviosa, donde se produce un desajuste del sistema nervioso central y autónomo. La mayoría de los problemas físicos y emocionales se producen por una desconexión entre el consciente e inconsciente.

Por tanto, se entiende que el miedo escénico se traduce en una reacción psicofisiológica del ser ante situaciones de peligro, ante una amenaza real o imaginaria, frente a pensamientos anticipados, a la infravaloración de la opinión ajena, a la falta de confianza y seguridad en uno mismo.

Hay que entender, que el cantante se caracteriza como el artista más frágil, ya que su físico se convierte en su propio instrumento. La voz está conectada con nuestras emociones, vivencias personales y con nuestro YO.
El trac se convierte en un obstáculo que afecta a la mayoría de los solistas y aunque es considerado como un problema común, no se le otorga el valor suficiente ni la visibilidad que se debería atender. Para mejorar este aspecto hay que empezar a normalizarlo, saber reconocer el POR QUÉ, asumirlo y controlarlo. No sentirlo como una amenaza, sino como un beneficio.

Causas

El perfeccionismo y la autoexigencia, que en numerosas ocasiones se convierten en obsesión y estrés, serán uno de los factores indiscutibles del pánico escénico. La presión familiar y enseñanzas oprimidas serán detonantes para forjar una personalidad con problemas de inseguridad, falta de autoestima y de confianza. Los juicios externos, la importancia que se da a las críticas y la presión social serán otras de las causas a determinar.

Otros agentes a considerar son: la falta de continuidad laboral, técnica poco depurada, abordar un repertorio erróneo, malas experiencias en escena, miedo al fracaso, desgaste físico y mental, caída de la autoestima y motivación, clasificación errónea de la voz, aceptación de papeles en un momento físico, mental y vocal inadecuado, dejar de creer en uno mismo y en sus capacidades.

Síntomas

Síntomas cognitivos

La presencia del pánico escénico está ligada a las variables que inciden a nivel cognitivo, una respuesta que puede ser anticipada o durante la representación. Existen toda una serie de pensamientos negativos que incapacitan al artista en el momento de enfrentarse a los oyentes, tales como: Pensamientos de inseguridad, desconfianza, inestabilidad emocional, distorsión de la realidad, creencias negativas que brotan a partir de sucesos traumáticos, inquietud, sensación de poco dominio de la voz, de olvidar el texto, miedo a enfermar, a equivocarse, al fracaso, etc.

Estos pensamientos se convertirán en actitudes y en emociones negativas, quedándose grabadas en nuestro subconsciente, afectando a nuestra percepción de la realidad y, por consiguiente, desembocando en una defectuosa praxis del canto, nada deseada.

Síntomas fisiológicos

El miedo escénico se traduce en la evidencia de reacciones fisiológicas que serán las causantes de taquicardias, sudoración, tensión, rigidez muscular, temblor, alteración de la respiración, sequedad vocal, liberación de la hormona del estrés como el cortisol, que en grandes cantidades puede llegar a ser perjudicial para el organismo, afonías repentinas, dolores estomacales, etc.

Síntomas conductuales

Tras haber experimentado toda una serie de sensaciones tanto cognitivas como fisiológicas, estas darán paso a las conductuales que activarán mecanismos de huida y defensa, respuestas de evitación, exposición lo menos posible ante un público, tomar medicación, evitación de registros vocales, cambios en el repertorio, posponer actuaciones, necesidad de probar constantemente el instrumento, etc.

Estrategia

  • Buscar el conflicto emocional que ocasiona el síntoma y adentrarse en él.
  • Será importante centrarse en el AHORA y no en lo que pasará o dejará de pasar.
  • Visualizarse en el escenario ante una gran audiencia, cantando felizmente y sintiendo el éxito.
  • Servirse de las técnicas de relajación y calentamiento. La respiración y los estiramientos se convertirán en el ritual antes de salir al escenario.
  • El optimismo será fundamental para el manejo de los nervios antes y durante la escena.
  • Concentrarse en uno mismo y no en el público.
  • Confiar en que la voz responderá al máximo.
  • Aprovechar la adrenalina para dar lo mejor en cuanto a la concentración, atención, el manejo de la técnica e interpretación.
  • Disfrutar cantando en todo momento.
  • Pensar estar cantando en solitud.
  • No centrarse en el qué dirán. Hay que saber encajar bien las críticas.
  • No pensar en que los oyentes son una amenaza, estos vienen a disfrutar y desconectar de su realidad.
  • Fuera PERFECCIONISMO Y AUTOEXIGENCIA.
  • ACEPTACIÓN y admitir los errores. No dramatizar.
  • Ante un error no pararse, el pasado, pasado está. No enrocarse. Todo somos humanos.
  • Elegir, conocer y ensayar bien el repertorio tanto a nivel técnico, musical e interpretativo.
  • Exponerse continuamente ante un público.
  • Salud vocal, ejercicio físico y descanso.
  • Utilizar la psicología cognitiva. No pensar y cuando llegan los pensamientos negativos, conseguir que la mente desvíe la atención en otra cosa.

Conclusión

Me gustaría recalcar que sería de gran relevancia que en los conservatorios y escuelas de canto pudieran ofrecer una formación psicológica a su alumnado. Desarrollar un programa que brinde toda una serie de recursos, herramientas y aprendizajes para afrontar el trac y obtener el máximo rendimiento de sus discípulos a la hora de cantar.

Será trascendente la figura del docente, quien ayudará al alumnado a conseguir sus metas, potenciar sus virtudes y superar sus carencias, sirviéndose de una metodología basada en el positivismo, apoyo, motivación, comprensión, aprender sin miedo y aceptar los errores. Por consiguiente, hay que huir de un profesorado que fomente presión, angustia, miedo, estrés y fracaso.

Se puede decir que el mayor objetivo a desempeñar será trabajar todos los días la psicología cognitiva, entender nuestro sistema cerebral y aprender a construir y formar un cerebro basado en pensamientos positivos que se traducirán en actitudes y emociones positivas, siendo estas la clave de un gran éxito.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
¿Cual es tu información o denuncia?
GRUPO PERIÓDICO DE BALEARES, tan pronto nos resulte posible, será atendido, gracias.